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Noche de recuerdos y nostalgia. Un clásico vintage con un elenco de primeros actores que recrearon aquellos Barça-Madrid de finales de los noventa y primera década del 2000. El partido fue muy entretenido, con Ronaldinho poniendo la magia y Munitis, que se retiró lesionado, la efectividad blanca. El duelo se lo llevó el Real Madrid (2-3). Ronaldinho, de penalti, y Jofre Mateu, anotaron para el Barcelona. Munitis, Alfonso y De la Red lo hicieron para el Madrid. La árbitro del partido fue Sapir Berman, la primera colegiada transgénero del fútbol internacional.

Formó el Barcelona con el clásico 3-4-3 que puso de moda Johan Cruyff y como guardián del estilo, su hijo Jordi en el palco junto al presidente Joan Laporta. También tuvo su cuota de protagonismo el yerno del mito holandés: Angoy. Como si no hubiera pasado el tiempo. Junto a él, Juan Carlos, Dehú, Soler; Goiko, Mendieta, Deco, Arpón; Rivaldo, Ronaldinho y Saviola. Un once de campanillas que dejaba atrás a un Real Madrid en el que Luis Figo encarnaba toda la rivalidad de estos duelos vintage. Codina; Núñez, Fernando Sanz. Iván Campo, Roberto Carlos; Rivera, Milla, Amavisca, De la Red; Figo y Alfonso vestían de blanco. Era la primera vez que Figo se enfrentaba al Barcelona con los veteranos del Real Madrid, aunque antes ya lo había hecho defendiendo los colores del Inter. Y daba igual que el partido se disputara a 4.700 kilómetros del Camp Nou. El Bloomfield Stadium de Tel Aviv rugía cada vez que el portugués tocaba el balón, demostración de la gran cantidad de aficionados azulgranas que hay en Israel. Eso sí, nada comparable con la noche del cochinillo, cuando el luso regresó al Camp Nou tras marcharse al Real Madrid.

Destiló su magia habitual Ronaldinho e incluso intentó un gol casi desde el centro del campo, que pasó rozando el larguero de Codina. O buscando el palo corto y encontrando un palo en el camino hacia el gol. Sonrisa eterna y samba sobre el césped. Y se sumaba Rivaldo al espectáculo con algún que otro pase de rabona. Éxtasis en la grada con una delantera culé de ensueño, aunque lastrado por el paso de los años. ¿Qué incidencia tendría hoy en la masa salarial del Barcelona un tridente formado por Rivaldo, Ronaldinho y Saviola? Seguramente la misma que la que suman Coutinho, Griezmann y Dembélé, salvo por la diferencia que los actuales han sido fracasos deportivos mientras que los veteranos tendrían incidencia deportiva. Al menos en su época lo demostraron.

Por parte madridista, Roberto Carlos seguía imponiendo el mismo respeto a balón parado. Uno de los defensas más goleadores de la historia en lanzamientos de falta. Los años no le han robado potencia aunque sí le han oxidado levemente el punto de mira. Tratándose de un clásico tampoco podía faltar la polémica. Y ésta llegó a la media hora por un derribo de Núñez a Saviola cuando el argentino se disponía a chutar desde dentro del área. Lo anotó Ronaldinho (min. 27) y volvió a poner de moda el festejo surfero meneando el pulgar y el meñique. Nostalgia entre los culés, que, como diría Jorge Manrique, se aferraban a aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Nada más regresar de vestuarios, le dio la vuelta al partido el Real Madrid. Primero empató Munitis (min. 42), que aprovechó un rechace de Guzmán (había sustituido a Angoy) tras un disparo lejano de Amavisca. Y dos minutos después anotó Alfonso con un semifallo al tratar de rematar un centro de Munitis. Bajó en intensidad el encuentro y el Barcelona logró las tablas tras una jugada personal de Jofre Mateu (min. 59), que con un regate seco dejó sentado a Iván Campo antes de rematar y batir a Codina. Pero el triunfo fue para el equipo blanco tras el gol que anotó De la Red (min. 69) tras un gran autopase por encima de un rival.

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