El caso de Valerie Bacot está dando la vuelta al mundo. La mujer francesa se enfrenta ahora a cadena perpetua por homicidio, tras matar a quien primero fue su padrastro y luego se convirtió en su marido, y quien también la violó durante 25 años de forma continuada. 

El hombre comenzó a abusar de ella cuando aún era la pareja de su madre. Valerie tenía solo 12 años y él tenía 37 (25 más que la menor). La dejó embarazada con 17 años. Desde la primera agresión sexual, los abusos se convirtieron en una constante y su relación era la de un maltratador y su víctima. 

«Al principio fueron bofetadas, luego se convirtió en patadas, puñetazos y me asfixiaba. Con el tiempo, hubo amenazas con el arma«, explicó Valerie en el juicio, que comenzó este lunes, en declaraciones recogidas por la agencia francesa AFP. Fue precisamente con este arma con la que, finalmente, la joven decidió acabar con la vida de su marido.

Durante horas, según recoge AFP, Valerie relató esos años su vida a los que se refirió como un «infierno extremo», que empeoró cuando volvió de la cárcel. Él había sido condenado por la violación de una menor y, a su salida de prisión, volvieron las violaciones a la que por entonces era su hijastra. 

La defensa tratará de demostrar que el asesinato no fue con alevosía (de forma premeditada), con el fin de evitar la cadena perpetua. Durante una de las vistas, la presidenta de la corte, Céline Therme, le preguntó a la joven: «¿No había otra solución?». «No lo sé, todavía estoy buscando la solución», respondió. 

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