Cuentan el periodista del Financial Times y autor de culto para futboleros, Simon Kuper, y el economista Stefan Szymanski que el fútbol es un negocio peculiar. En lugar de competir por lograr más beneficios que el resto de empresas, como ocurre en otros sectores, los clubes rivalizan por conquistar victorias y trofeos para los que requieren constantemente de inversiones en jugadores, entrenadores o nuevas infraestructuras, explican en Soccernomics. Por ello, aunque algunos equipos han llegado a doblar sus ingresos en la última década, también lo han hecho los gastos. Y eso no significa una mala gestión, sino la única forma de tener éxito en un mundo en el que “nadie debería perseguir la fantasía de las ganancias”. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando de repente los estadios se vacían y hay que seguir pagando, por ejemplo, salarios millonarios? Ese fue el escenario incierto al que se tuvo que enfrentar LaLiga en marzo de 2020 y ante el que el director general corporativo de la organización, José Guerra, tiene una respuesta optimista más de un año después: “Estamos superando la crisis porque los clubes se impusieron una norma para enfrentarse a estas situaciones con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de la competición a largo plazo”, cuenta al teléfono.

Seguir leyendo.

Facebook Comments