Carolina Marín era una de las principales candidatas a medalla para la delegación española en los Juegos Olímpicos de Tokio. Sin embargo, víctima del destino, hace unas semanas sufrió una grave lesión de rodilla que le obliga a ausentarse de la cita más esperada del deporte mundial. La jugadora de bádminton, ya operada y en plena recuperación, ha querido compartir una profunda carta explicando sus sensaciones en estos difíciles tiempos.

En un mensaje que acompaña con una foto de su rodilla, en la que se ve la cicatriz de la intervención quirúrgica a la que tuvo que someterse hace tres semanas, asumió que «esas heridas de guerra se quedarán para toda la vida» marcadas en su cuerpo. No obstante, sabe que serán un recuerdo de «las horas y horas de esfuerzo, de trabajo diario, las miles de renuncias… y de las grandes recompensas que obtendrá«.

«Resiliencia es una palabra marcada en mi vida, porque sobre todo en estos 2 últimos años no lo he tenido fácil: la lesión en la rodilla derecha, el accidente de mi papá, la pandemia, la pérdida de mi papá y ahora la lesión en la rodilla izquierda. Pero aquí seguimos, sin bajar la guardia», recuerda. Del mismo modo, Marín envía un mensaje de esperanza, sabedora que «esperan muchas guerras» y de que «su cuerpo va a estar preparado para ello».

«Sé que parece que soy la más fuerte del mundo, pero no es así. Tengo muchos momentos de debilidad y he llorado mucho, pero os puedo decir que detrás de esas lágrimas y de ese dolor hay todas las ganas del mundo de seguir, no rendirme y volver. Lo antes posible», expresó la onubense en redes sociales.

La tricampeona del mundo no quiere ponerse fecha de vuelta porque «ni ella misma, ni los propios médicos» lo saben. «Cuando llegue el momento ahí estaré, en mi pista de baile particular, con mi raqueta y mi volante en la mano, dando mi mejor versión y volviendo a disfrutar», concluyó la andaluza.

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