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Ante Budimir (Ozimica, Bosnia, 1991) tenía seis meses cuando su familia decidió marcharse de su hogar escapando de las bombas. Creció en Zagreb y se convirtió en un delantero trotamundos que aterrizó en España hace tres años tras jugar en Alemania e Italia. Hoy es una de las alternativas ofensivas de Croacia, rival de España en los octavos. Horas antes del duelo, atiende la llamada de ABC.

¿Qué sensaciones les dejó la fase de grupos?

Cada partido y cada entrenamiento nos sirve para crecer, estamos en esa etapa. En los dos primeros partidos no sacamos mucho en puntos, pero usamos esos partidos para ver qué funcionaba y qué no. Y luego aprovechamos esa experiencia para jugar un buen partido ante Escocia, encontrar el ritmo y el equilibrio. Estamos con confianza.

¿Tuvieron dudas tras llegar al último partido con un solo punto?

Entre nosotros, ninguna. Trabajamos y preparamos los partidos con confianza. Hubiera sido peor haciendo lo mismo, pero al revés: ganando el primer partido, empatando el siguiente y perdiendo el último. Tendríamos los mismo puntos, pero la imagen sería diferente. En el vestuario sabemos qué grupo somos y qué dinámica llevamos. Las sensaciones son buenas.

Ahora llegan los octavos y se complica la cosa. Llega España. ¿Cómo afrontan el partido?

Se complica al máximo, sí (sonríe). Es un rival muy serio, potente, de gran nivel y grandes jugadores. En la fase de grupos les pasó parecido a nosotros. Después de los dos primeros partidos se podría pensar que les faltaba confianza, pero en el último se vio que no. Es un conjunto de calidad.

¿Cómo le pueden hacer daño?

Tendremos que estar organizados durante 95 minutos. España insiste, intenta mantener el balón, busca puntos débiles… Espera a que te relajes para hacerte daño. Tendremos que estar concentrados, mantener el nivel físico e intentar ponerles en dificultades. Y, cuando sea posible, mantener el balón, atacar y tener personalidad en el campo para manejar el partido.

España se ha acostumbrado a jugar contra equipos replegados que lo fían todo a su contragolpe. ¿Será igual contra ustedes?

Tenemos claro que no vamos a poner a España en una posición de inferioridad durante los noventa minutos. Pero tampoco vamos a salir solo a defender. Habrá que hacer bien las dos cosas. A veces nos tocará estar en nuestra área y sufrir, pero seguro que habrá ratos en los que nos toque atacar e ir a por ellos.

¿Qué es lo que más le ha gustado de España en la primera fase?

Más allá de nombres, me gusta de España que lo intentan siempre. Si no meten gol, siguen insistiendo. Y si meten, también insisten para hacer otro. Eso es lo mejor de España.

¿Cómo de importante es para ustedes la figura de Modric?

Ya se vio el otro día. Apareció en el momento crucial (hizo el segundo gol ante Escocia, deshaciendo el empate). Eso es él. La persona en la que puedes contar en cualquier momento, que te va a ayudar, que te da consejos, que pone la cara en los momentos difíciles…. Está a disposición para defender o para sacar balones de nuestra área, pero también para distribuir y atacar.

En los dos últimos años los resultados de Croacia no han sido los mejores. ¿A qué se debe esa irregularidad?

Ahora todo el mundo tiene como punto de referencia el subcampeonato de 2018. Pero desde entonces han salido Rakitic, Mandzukic, Subasic… Estos dos años han sido intensos en la búsqueda de otros jugadores jóvenes, y no tan jóvenes como yo, para crear una selección nueva. Pero claro, entre medias hay partidos, no se para. Y hemos tenido pocas victorias, sí, pero esto es un proceso y hay que insistir.

Más allá de los resultados, ¿qué tiene Croacia para contar con un nivel de futbolistas tan excelente? Parece impensable en un país tan pequeño…

No tengo una explicación (ríe). A veces yo también me sorprendo de que con cuatro millones de habitantes todos los años salgan jugadores interesantes. Hay talento y ganas de trabajar, de presentarnos al mundo y demostrar que podemos llegar tan lejos como cualquiera. Está en nuestra mentalidad. Luego, el éxito de uno lleva a que otro también lo intente. Nos mueve las ganas de mejorar a los anteriores.

Usted, al igual que varios de sus compañeros, es un hijo de la guerra de los Balcanes ¿Hasta que punto influyó su infancia para convertirse en quien es hoy?

Mi infancia es la única que conocí, así que para mí es complicado saber cómo sería mi mentalidad o qué hubiera hecho si no hubiera habido una guerra en mi país. Yo sé lo que ocurrió, las dificultades que hubo y lo que pensábamos entonces. Así crecí, buscando soluciones en la vida y sabiendo que, por muy difícil que sea, las hay. Que nada es el fin del mundo. Estoy seguro de que eso me ha ayudado. Aprendes a levantarte y a seguir. Al final ves que las dificultades son cosas normales, tanto en el fútbol como a nivel personal. Treinta años atrás algunas personas dieron la vida para que yo tenga la mía. Eso son cosas mucho más importantes que los problemas que tengo yo en el día a día…

¿Qué tal en Pamplona?

Mi hijo nació allí a las dos semanas de llegar, así que imagínese. La ciudad va a estar en mi corazón para siempre.

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