Los jugadores de la selección española de fútbol aprendieron bien la lección después de la polémica por el vídeo en el que se les veía no hacer ni el más mínimo gesto a los aficionados que les esperaron en el hotel antes del partido contra Polonia.

En su salida para el vital duelo contra Eslovaquia, se guardaron muy mucho de mostrar la misma apatía y aunque no lo hicieran con grandes gestos, no se les pudo achacar que no les dedicaran al menos un saludo. Cientos de aficionados se agolparon a las puertas del hotel, entre cánticos y gritos de ánimo a los suyos.

No es casual que uno de los más vitoreados fuera Álvaro Morata, precisamente uno de los más criticados también. «¡Échale huevos, Morata! ¡Échale huevos!», le pedían los fans que les despidieron antes de que llegaran a la Cartuja.

Para evitar confusiones, desde las redes sociales de la selección española hablan de «comunión» entre los aficionados y el combinado nacional, toda vez que es un elemento clave para el duelo contra los eslovacos.

El desapego que ha padecido la selección desde su convocatoria ha generado un debate casi a nivel nacional, algo que se ha visto propiciado también por los pobres resultados obtenidos. Tras dos decepcionantes empates y sólo un gol anotado, los hinchas españoles esperan que ante Eslovaquia se cambien las tornas.

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