En los centros penitenciarios funcionan diferentes talleres en los cuales los internos pueden aprender a elaborar diferentes productos de distintos materiales.

“Ya tengo dos años de estar recluido en este lugar, aquí aprendí el oficio de carpintería y emprendimos en poner un negocio para aprovechar bien el tiempo y tratar de no estar pensando cosas malas”, expresó Ángel Fabricio de León, privado de libertad del Centro Penitenciario Nacional de Támara (CPNT).

Comentó, que estando en libertad no aprovechó el tiempo para aprender algún oficio; pero, siendo un privado de libertad, aprendió carpintería: “Aquí vine a aprender este oficio, he aprendido a hacer butacas de cuerina, cuadros para fotografía y espejos. También aprendí a hacer tallados para darle más realce a las pinturas, tallado en madera y otros artículos”.

En el CPNT funcionan varios talleres de carpintería, soldadura, tallado de manera, jarcia (elaboración de hamacas), áreas para elaboración de productos con material reciclable como latas, botellas plásticas, papel periódico, entre otros. Además, fabrican calzado, juegos para sala, para recamara, cocina y otros artículos de utilidad para el hogar.

“Normalmente hacemos los trabajos de carpintería por encargo, porque sabemos que ahorita los costos se han alterado por la cuestión de la pandemia del virus Covid-19, y todas las cosas que están pasando en el país. Entonces, normalmente, solo estamos trabajando por pedidos. Lo que sí mantenemos en disposición son las sillas perezosas y las butacas”, comentó.

En relación con las sillas perezosas, dijo que en el tallado de las sillas, las personas las piden con paisajes; es raro que alguna persona pida un tallado especifico. Entonces, solo se le hacen los paisajes y se tienen ahí por cualquier pedido. Si alguien la quiere con algún nombre o con algo especial, no hay ningún problema, lo realizamos; y si quieren algún logo o una imagen, solo nos hacen llegar la fotografía, el nombre, y así se personaliza lo que es el tallado.

Ángel, es un privado de libertad que convive en el módulo de Diagnóstico y que, al igual que muchos de sus compañeros, se han integrado a las labores productivas con la elaboración de distintos productos, los cuales son adquiridos por personas que llegan al establecimiento a realizar el encargo del producto de su interés.

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