La oleada de decretos para deshacer la obra de Donald Trump en el Gobierno continuó en las ultimas horas, con un asunto de especial simbolismo político y no menos calado social en un 2021 aún marcado por la pandemia: el acceso a la sanidad.

El presidente Joe Biden firmó dos órdenes ejecutivas que buscan revertir parte de las acciones llevadas a cabo por el republicano para debilitar la reforma sanitaria que el demócrata Barack Obama introdujo hace 10 años.

En concreto, Biden ha ordenado la reapertura del plazo para suscripción de seguros subsidiados a través de una plataforma federal creada por aquella reforma y ha pedido la revisión de las nuevas políticas que había introducido Trump para las personas con enfermedades crónicas o graves, a las que históricamente ha costado encontrar cobertura. También ha impulsado medidas para favorecer el acceso al aborto.

Salvo para las personas pobres o en edad de jubilación, la sanidad en Estados Unidos funciona a través de seguros privados o pagos directos del bolsillo de las familias. Muchos ciudadanos que carecen de seguro —unos 27 millones, el 10% de la población no anciana— se lo piensan mucho antes de ir al médico por las elevadas facturas que supone.

La reforma de Obama, con deficiencias, buscaba extender a más ciudadanos la cobertura de los seguros, pero los sectores progresistas del Partido Demócrata reclaman ir más allá e impulsar una sanidad pública universal, sin siquiera seguros privados. Biden no comparte esta postura, pero sí está dispuesto a reforzar el modelo, algo que también requerirá una difícil negociación en el Congreso.

La Administración de Trump no logró apoyo suficiente en el Congreso para tumbar la ley sanitaria de Obama (Affordable Care Act), conocida popularmente como Obamacare, una de las políticas más detestadas por los conservadores. Así, trató de restarle fuerza mediante acciones federales. Ahora ocurre lo contrario.

Facebook Comments