barto-kDpH--620x349@abc.jpgLa decepción por una temporada desoladora, sin títulos y culminada con la humillación del 2-8 contra el Bayern de Munich ante toda Europa se tornó en ira hacia la Junta directiva liderada por Josep Maria Bartomeu cuando Leo Messi comunicó su hartazgo y su intención de abandonar su club durante las dos últimas décadas. De poco sirvió que el club anunciara elecciones para la segunda quincena de marzo. El enojo era tan grande que cuando el precandidato Jordi Farré decidió interponer una moción de censura contra el presidente y sus compañeros, otros dos opositores al sillón presidencia (Víctor Font y Lluis Fernandez-Alá) se anexionaron y unieron fuerzas para derrocar de forma inmediata a Bartomeu. Era una quimera, una utopía. Los promotores de la iniciativa necesitaban el apoyo del 15 por ciento de los socios con derecho a sufragio activo, es decir, 16.521 firmas. Algo realmente complicado teniendo en cuenta las limitaciones. «Nos hemos visto maniatados por el Covid, por el hecho de que no había partidos de fútbol ni de las secciones, aunque tampoco se permitía la asistencia de público, por un sistema del paleolítico, porque nos han escatimado cuatro días al contabilizar los sábados como hábiles…», explica el principal promotor, Jordi Farré, a ABC. El precandidato asegura orgulloso que han presentado 20.731 apoyos para que prospere la iniciativa, cuatro mil más de los necesarios. «Parecía una locura y gracias al apoyo de todos los socios lo hemos conseguido. Quiero dar las gracias a todos los que han dado su apoyo para poder echar a Bartomeu», insistía emocionado a este diario Farré. Malestar evidente Evidentemente, ahora deberán validarse todas las firmas y comprobar su autenticidad y forma, pero parece muy poco probable que se invaliden 4.000 papeletas de adhesión, por lo que salvo sorpresa mayúscula, el club se verá obligado a convocar un acto de votación. Este hecho evidencia el malestar en el entorno culé como para que tantos socios se manifiesten para forzar unas elecciones inmediatas y poner fin a un época que, salvo el último año, no ha sido tan malo, ya que desde 2015 Bartomeu ha ganado 3 Ligas, 4 Copas del Rey, 2 Supercopas de España, una Liga de Campeones, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. «Mientras llevamos al club las miles de firmas que hemos recogido, damos las gracias a los grupos impulsores de la moción de censura y a los socios y socias que han protagonizado una movilización sin precedentes en defensa del derecho democrático a ser escuchados», agradecía Víctor Font a media mañana tras tener claro que habían superado sus propias expectativas. Ahora se abre un periodo de tres días hábiles en los que se contabilizarán todas las firmas válidas. «Si se han cumplimentado todos los requisitos, se declarará admitida la solicitud y se requerirá a la Junta del club para que convoque el acto de votación, que deberá celebrarse en un plazo no inferior a diez días hábiles ni superior a veinte, contando a partir de la notificación del requerimiento de la Mesa», rezan los Estatutos. Es decir, la moción de censura debería celebrarse sobre la primera quincena de octubre. No obstante, hay que dejar claro que para que ésta fructifique deberán obtenerse los apoyos a favor de dos terceros o más de los votantes, «siempre que el número de estos sea como mínimo del 10 por ciento de los socios del club», recalcan los Estatutos. De salir adelante la moción de censura, los miembros de la Junta Directiva censurados quedarán relevados automáticamente de sus cargos y una junta gestora se haría cargo del club hasta el nombramiento del nuevo presidente. Este hecho impediría a la actual directiva cerrar el último ejercicio contable, aunque teniendo en cuenta que el mercado de fichajes esta temporada se cierra el cinco de octubre, aún tendrían tiempo para configurar la plantilla y traspasar jugadores con los que equilibrar el presupuesto.

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