Los saludos de manos, besos y abrazos entre la feligresía católica a partir de la fecha quedan suspendidos en todos los servicios religiosos de los templos en Honduras.

La medida fue anunciada este miércoles por el padre Juan Ángel López, tras la confirmación que los dos primeros casos de COVID-19.  

Otra determinación que se adoptó es que durante la comunión la ostia se recibirá en la mano y no en la boca, como se hace tradicionalmente, y eso implica el cuidado que se debe tener para no cometer un sacrilegio o un acto contrario a las normativas litúrgicas. 

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