¿El estrés causa infertilidad?

Antes de mirar la investigación, es útil entender por qué estudiar el estrés es difícil. Para estudiar algo, debemos estar de acuerdo en qué es lo que estamos estudiando. Hay una variedad de diferentes tipos de estrés, y hay muchas preguntas que surgen en términos de cómo cada tipo podría relacionarse con la fertilidad.

• Estrés infantil. Es posible que hayas oído hablar de una puntuación ACE (puntuación de efectos adversos en la infancia). Esto se refiere al estrés que no necesariamente está ocurriendo ahora, sino que ocurrió durante los años de mayor crecimiento. Las puntuaciones altas de ACE se han relacionado con varios problemas de salud a largo plazo. ¿Podría esto conectarse a la fertilidad?
• Estrés diario a corto plazo. Si su auto se descompone y es la semana en que está ovulando, ¿esto afectará sus posibilidades ese mes?
• El estrés a largo plazo o una serie de eventos estresantes. Su auto se descompone, tiene un gran proyecto debido al trabajo, su madre está en el hospital y acaba de descubrir que no puede pagar la factura de su tarjeta de crédito. Si su vida se ve como este mes a mes, puede estar experimentando estrés a largo plazo. Las pruebas, el diagnóstico, el tratamiento, los ciclos fallidos y las altas facturas médicas son partes de la infertilidad que a menudo causan estrés a largo plazo.
• «Bien» estrés de su estilo de vida. ¿Qué pasa si usted crece bajo el estrés? Tal vez tenga un trabajo exigente, trabaje largas horas y con frecuencia experimente conflictos en su día. Sus días pueden incluir intensas demandas físicas y psicológicas. Incluso si ama su estilo de vida , sigues viviendo una vida estresante.  

Cuando los estudios preguntan si el estrés causa infertilidad o si el estrés aumenta el tiempo que lleva quedar embarazada, es importante que sepamos qué tipo de estrés se está discutiendo.

Este es un aspecto complicado de la investigación. Una vez que se decide qué tipo de estrés se está examinando, uno debe averiguar cómo medirlo. Hay dos formas principales en que los investigadores intentan evaluar los niveles de estrés: midiendo las sustancias químicas relacionadas con el estrés en la saliva o el análisis de sangre o utilizando herramientas de medición psicológica del estrés. Los dos tienen ventajas y desventajas.

Al medir las señales de estrés bioquímico en la saliva o en la sangre, no podemos saber con seguridad si es causado por una vida estresante o por un proceso de enfermedad. Por ejemplo, digamos que a alguien se le diagnostica endometriosis . Digamos que los resultados de sus pruebas bioquímicas para el estrés son altos. ¿Son estos químicos del estrés altos porque ella vive una vida estresante y este estilo de vida lleva a la endometriosis?

O, ¿su endometriosis causa estrés biológico en su cuerpo, y esto lleva a niveles más altos de hormonas del estrés? Por otro lado, ¿podría ser que los síntomas de la endometriosis causen angustia emocional, y eso la lleve a niveles más altos de hormonas del estrés? Como puede ver, la determinación de las respuestas a estas preguntas es complicada.

Medida psicologica

El problema con las pruebas de medición psicológica es que las personas perciben el estrés de manera diferente. Esto cambiará la forma en que responden las preguntas en un cuestionario de estrés. Otro problema es que los cuerpos de las personas reaccionan al estrés de manera diferente. Dos personas pueden medir alto en una prueba de medición de estrés psicológico, pero tienen reacciones biológicas completamente diferentes.

Con la medición psicológica, el investigador también debe confiar en la suposición de que las respuestas del encuestado son honestas. La mayoría de estas pruebas están diseñadas para reducir las posibilidades de respuestas deshonestas, pero las pruebas no son perfectas.

¿Cuándo el estrés importa?

El momento de un estudio es tan importante como determinar el tipo de estrés. Por ejemplo, un estudio podría observar los niveles de estrés antes de que comience un ciclo, en medio de un ciclo, o justo antes de la ovulación. Podría examinar el estrés durante la espera de dos semanas (tiempo entre la ovulación y el período), o tomar los niveles de estrés promedio de un período de semanas, meses o incluso años.

Todas estas variables tienen en cuenta los resultados. Es extremadamente difícil capturar esto en uno o incluso en múltiples estudios.

Las personas bajo estrés con frecuencia recurren a hábitos poco saludables para hacer frente. Pueden comer más comida chatarra, pueden dormir muy poco o demasiado, o pueden no hacer ejercicio (o hacer demasiado ejercicio). Algunos pueden recurrir al tabaco, el alcohol o las drogas.

Sabemos que fumar , la mala nutrición y el consumo excesivo de alcohol perjudican la fertilidad. Si alguien tiene altos niveles de estrés, está lidiando mal y su fertilidad disminuye, ¿es el estrés el que causa el problema o las malas opciones de afrontamiento?

Hay una explicación biológica de por qué el estrés emocional puede llevar a problemas de fertilidad. Todo se reduce al eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (el eje HPA).

Cada vez que su cuerpo percibe el estrés, la glándula del hipotálamo en su cerebro envía una señal a la glándula pituitaria; la señal indica que está bajo estrés y necesita ayuda. La pituitaria reacciona a esta llamada de ayuda enviando su propia señal a las glándulas suprarrenales, diciéndoles que liberen la hormona del estrés cortisol.

En cantidades saludables, el cortisol es bueno. Entre muchas cosas, esta hormona ayuda a regular el azúcar en la sangre para que tenga energía durante la emergencia. El problema es cuando su cuerpo está inundado de cortisol todo el tiempo o por largos períodos de tiempo. Esto es cuando puede dañar tu salud.

El hipotálamo y la pituitaria no solo regulan las hormonas del estrés. También son responsables de regular las señales de la hormona reproductiva. El hipotálamo libera hormona liberadora de gonadotropina , o GnRH. La GnRH indica a la glándula pituitaria que libere la hormona estimulante del folículo (FSH) y la hormona luteinizante (LH). FSH y LH estimulan el crecimiento de óvulos en los ovarios en las mujeres y el crecimiento de los espermatozoides en los hombres.

Si el eje HPA está ocupado lidiando con el estrés, en teoría, esto podría disminuir o cambiar la forma en que regula las hormonas reproductivas. También debemos considerar qué efecto tienen las hormonas del estrés como el cortisol en los ovocitos, las células de los espermatozoides y los embriones.

Algunos estudios han encontrado una posible conexión entre el estrés y la fertilidad. Un estudio realizado en el Reino Unido incluyó a 250 mujeres que intentaban concebir naturalmente en un período de seis ciclos. El día seis de cada ciclo, proporcionaron muestras de saliva para evaluar los niveles de alfa-amilasa y cortisol, dos hormonas asociadas con el estrés.

Durante este período de seis meses, también usaron monitores de ovulaciónpara dar a cada mujer en el estudio las mejores posibilidades de concebir y monitorear el momento de su sexo para sus días más fértiles.

El estudio encontró que las mujeres con concentraciones más altas de alfa-amilasa tardaron más en quedar embarazadas en comparación con las que tenían niveles más bajos de esta hormona del estrés. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este estudio también encontró que las mujeres con niveles más altos de cortisol (otra hormona del estrés) tienden a quedar embarazadas más rápido que las que tienen niveles más bajos. En otras palabras, la conexión no está clara.

Otro estudio realizado en centros de investigación en Michigan y Texas también quiso investigar si las hormonas alfa-amilasa y cortisol en la saliva podrían relacionarse con el tiempo que llevó quedar embarazada. Este estudio incluyó a 400 mujeres tratando de concebir.

Los investigadores descubrieron que las mujeres con los niveles más altos de alfa-amilasa tenían una reducción del 29 por ciento en su fertilidad general, y demoraban más en concebir que las que tenían los niveles más bajos de alfa-amilasa. Este estudio no encontró relación entre los niveles de cortisol y el tiempo hasta el embarazo.

El estrés socioeconómico también puede afectar negativamente a la fertilidad. Un estudio encontró que las mujeres que enfrentaban factores de estrés socioeconómico tenían reservas ováricas más pobres. Otro estudio independiente encontró que las mujeres con puntuaciones ACE más altas (tenían experiencias más traumáticas en la infancia) tenían más probabilidades de experimentar infertilidad y períodos menstruales irregulares o ausentes en la edad adulta.

Fertilidad masculina

La fertilidad masculina también puede verse afectada por el estrés. Un metaanálisis de 57 estudios diferentes, que incluyó a casi 30,0000 hombres, encontró que el estrés psicológico podría disminuir la concentración del esperma, el movimiento del esperma y el porcentaje de espermatozoides de forma normal. Sin embargo, el estudio no analizó si esto afectó el tiempo del embarazo para sus parejas femeninas.

Otro estudio descubrió que experimentar dos eventos estresantes en la vida aumentaba el riesgo de que los resultados del análisis del semen de un hombre caigan por debajo de las pautas normales establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Otros estudios han encontrado que los niveles de testosterona eran más bajos cuando los hombres experimentaban estrés psicológico. Sin embargo, es difícil saber qué viene primero: ¿la disminución de la testosterona conduce a una mayor sensibilidad a los eventos estresantes? ¿O los eventos estresantes hacen que los niveles de testosterona bajen?

No todas las investigaciones han encontrado una conexión entre el estrés y la disminución de la fertilidad. Un estudio realizado en el Reino Unido hizo que casi 340 mujeres completaran diarios a lo largo de un período de seis meses o hasta que quedaran embarazadas. Para cada ciclo, las mujeres tenían biomarcadores de estrés medidos.

También completaron cuestionarios para evaluar sus niveles de estrés. Este estudio controlaba la edad de las mujeres, si fumaba, la cantidad de cafeína que tomaba y la frecuencia con la que la pareja tenía relaciones sexuales. Este estudio no encontró una conexión entre los niveles de estrés, ansiedad o depresión autoinformados con el tiempo hasta el embarazo.  

En un estudio separado, los investigadores investigaron si el estrés podría afectar negativamente las tasas de éxito de la FIV (fertilización in vitro). Incluyó a poco más de 200 mujeres que estaban comenzando su primer ciclo de FIV. Sus niveles de estrés se evaluaron mediante entrevistas y cuestionarios que se administraron antes del inicio de la FIV y luego cuatro, 10 y 18 meses después.

Las mujeres que estaban deprimidas o ansiosas antes de comenzar el tratamiento de FIV no tenían más probabilidades de experimentar un fracaso de la FIV que las mujeres que no tenían una puntuación alta en la depresión o la ansiedad. El estudio encontró que el fracaso de la FIV causó un malestar psicológico significativo, lo cual no es una sorpresa.

Los investigadores de este estudio recomendaron que el autocuidado y las intervenciones psicológicas tienen como objetivo ayudar a los pacientes a sobrellevar el fracaso del tratamiento, en lugar de centrarse en reducir el estrés para mejorar el éxito del tratamiento.

Tal vez lo más convincente fue un estudio de metanálisis que incluyó 14 estudios y poco más de 3,500 mujeres, y observó si la angustia emocional estaba asociada con el éxito durante los tratamientos de reproducción asistida como la FIV. Los investigadores no encontraron una conexión entre la angustia emocional previa al tratamiento y las tasas de éxito de la FIV.

Los investigadores concluyeron: «Los hallazgos de este metanálisis deberían tranquilizar a las mujeres y los médicos de que la angustia emocional causada por problemas de fertilidad u otros eventos de la vida que ocurren con el tratamiento no comprometerán la posibilidad de quedar embarazada».

Hay estudios que informan que el estrés tiene un impacto negativo en la fertilidad. Sin embargo, hay estudios que informan exactamente lo contrario. Cual es

La verdad es que ambos pueden ser correctos. Es posible que el estrés extienda el tiempo hasta el embarazo, pero que el tiempo extendido sea probablemente un período de semanas o, como máximo, meses. Esto no es suficiente para causar infertilidad, que se define como la incapacidad de concebir después de un año de intentos.

Varios estudios han encontrado que el éxito de la FIV, en particular, no parece estar asociado con el estrés. Teniendo en cuenta lo estresante que puede ser el proceso de FIV y la angustia emocional de la experiencia de la infertilidad para muchas parejas, esta es una muy buena noticia.

Ya sea que el estrés disminuya o no la fertilidad, todavía debemos preocuparnos por el estrés. Por un lado, no se siente bien estar estresado o ansioso. Todo lo que podamos hacer para sentirnos o enfrentarnos mejor valdrá la pena.

En segundo lugar, incluso si el estrés no tiene un impacto directo en sus probabilidades de éxito de la FIV, tiene una conexión con su probabilidad de continuar el tratamiento.

La mayoría de los médicos están de acuerdo en que debe administrar la FIV al menos seis ciclos para las mejores probabilidades de éxito en el embarazo. Un estudio encontró que en los países donde la FIV está cubierta por un seguro de salud, la tasa de deserción después de un solo ciclo fue del 40 por ciento. Después de cuatro ciclos, la tasa de abandono fue del 62 por ciento.

Cuando se les preguntó por qué abandonaron los estudios, las dos razones principales fueron el estrés emocional y la percepción de un mal pronóstico. Si las parejas se hubieran sentido psicológicamente lo suficientemente bien como para intentar uno o incluso dos ciclos más de FIV, en teoría, sus probabilidades de nacer vivos habrían aumentado. 

Una palabra de Verywell

No hay duda de que la infertilidad causa estrés. Si el estrés puede o no causar infertilidad es discutible. Los estudios han encontrado que el estrés afecta las hormonas reproductivas y puede aumentar el tiempo que lleva quedar embarazada, pero hasta el momento, nadie ha encontrado que el estrés por sí solo puede causar infertilidad. Ya sea que esté comenzando a tratar de concebir o está en medio de tratamientos de fertilidad, sepa que «esforzarse demasiado» no dará lugar a problemas de fertilidad, y su estrés en torno a la concepción no evitará que se contagie. embarazada. Sin embargo, el estrés ciertamente no se siente bien. Cuídate bien y busca el apoyo de tus amigos y de aquellos que entienden.