Louise Standen: «Este es mi sobrino un día que visitamos el zoológico Port Lympne en Kent. Este gorila, que se acercó para mirarlo, era el más joven del grupo. Se quedó mirándolo por unos 10 minutos, copiando sus movimientos cuando movía los brazos o cambiaba de posición. Qué maravilloso poder interactuar así con un animal en peligro de extinción y más maravilloso aún es ver que un animal en peligro quiere interactuar justamente con la especie que está destruyendo su hábitat natural».
Facebook Comments