Las reglas de Internet están a punto de cambiar. Sobre todo tras aprobarse la directiva sobre el copyright digital por parte del Parlamento Europeo que ha estado más de dos años y medio discutiendo sobre el tema y creando un debate de lo más caliente entre detractores y partidarios de la nueva legislación.

Esta directiva, que se ha aprobado con 348 votos a favor y 274 en contra, una prueba más de la amplia división entre los parlamentarios, renueva los derechos de autor a nivel europeo. En opinión de los expertos, los creadores y los editores han sido los que han ganado la partida, mientras que Google y otras grandes tecnológicas, han perdido una pieza clave. Esta normativa también estaba teniendo la animadversión de los activistas que defienden la libertad en Internet y que ha ofrecido una gran resistencia, junto con Google y otras tecnológicas, a su aprobación.

De toda la legislación que acaba de aprobarse, el punto que más ha dado que hablar ha sido el artículo 13, que trata los filtros de contenido. Este artículo, que en principio ocupaba el puesto 13 pero que se ha visto relegado al punto 17 de la legislación, establece una obligación a las plataformas digitales de instalar filtros para estar seguros de que los contenidos que se suben a sus servicios disponen de los correspondientes derechos de autor. En concreto, las plataformas serán las responsables legales del contenido y por tanto, serán ellas las que gestionen el derecho de copyright.

Esto pone una traba más a lo que actualmente se hace, que es retirar un contenido cuando el dueño del mismo presenta una petición para su retirada. La diferencia ahora es que la obligación es también preventiva, en vez de como consecuencia de una petición particular.

Ahora bien, la directiva no especifica que las plataformas tengan que incorporar un filtro para seleccionar el contenido que se sube a Internet pero parece ser que es la opción que más se ha barajado y quizás la solución para que este tipo de problemas no les sacuda demasiado.

Las reacciones a la aprobación de esta directiva por parte del Parlamento Europeo no se han hecho esperar. Por una parte, la diputada del partido Pirata alemán, Julia Reda, ha descrito la situación como “un día negro para Internet” al considerar que tener este filtro, que se basará en un algoritmo previamente diseñado, podrá conllevar problemas técnicos, frenando la subida de contenido a los diversos canales de los materiales que sí están autorizadas. Otro de los problemas que aducen Reda es que este cambio conllevará un aumento de los costes que tendrán que sufragar las empresas.

Las excepciones a esta norma no están permitidas según la legislación que se acaba de aprobar por lo que se prevé que las pequeñas empresas y las startups sean las más perjudicadas. Eso sí, las únicas empresas que no tendrán que aplicar estos algoritmos deberán reunir una serie de requisitos, como que tengan una antigüedad inferior a los tres años, que su cifra de negocios sea menor a los diez millones de euros al año y que no lleguen a los cinco millones de visitantes únicos al mes.

Uno de los que sí están de acuerdo con esta nueva normativa es el popular alemán Axel Voss, que considera que con ella se puede corregir una situación que ha permitido ganar “enormes sumas de dinero” a unas pocas compañías sin premiar a los creadores de contenido y a los periodistas.

Otra de las cosas que se establecen en este artículo es la obligación de beneficiar económicamente por los fragmentos de los artículos periodísticos que se comparten y que van dirigidos, sobre todo, a que los editores puedan recibir un pago por lo que se comparte en los agregadores de información, como es el caso de Google News o redes sociales.

En concreto, estas plataformas de agregadores de contenido podrán compartir el enlace, con un breve resumen del contenido, pero sin copiar y pegar. Hay que recordar que algo similar pasó en España y los agregadores de noticias se vieron afectados, tras lo cual Google News decidió cerrar sus puertas.

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