En Europa han empezado a abrirse burdeles de muñecas sexuales. Sofía Bettiza, reportera de la BBC estuvo allí.

En lugar de pagar por sexo con personas reales, los clientes pasan tiempo con muñecas de silicona increíblemente realistas.

Pueden elegir el color de cabello deseado, la forma del cuerpo y el atuendo.

Los dueños de uno de los locales abiertos en Turín, al norte de Italia, dicen que este lugar es ético, porque no se explota a nadie.

Pero otros opinan que estás muñecas convierten a las mujeres en un objeto

Entonces, ¿es una innovación liberadora o no?

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