WASHINGTON.- Estados Unidos redobló la presión sobre Israel para impedir una invasión en Rafah, la ciudad al sur de la Franja de Gaza devenida en el último refugio de millones de palestinos, en un último intento por evitar una nueva escalada en el conflicto en Medio Oriente que eleve de manera dramática la cifra de víctimas civiles.

“El presidente Joe Biden y su equipo han dejado claro durante varias semanas que no apoyamos una operación terrestre importante en Rafah, donde más de un millón de personas se están refugiando sin ningún lugar seguro donde ir”, dijo en una llamada telefónica con periodistas John Kirby, habitual vocero de la Casa Blanca para asuntos internacionales. “Aplastar Rafah no llevará, en su visión, a una derrota duradera y sostenible de Hamas”, insistió Kirby.

La nueva advertencia pública de la Casa Blanca llegó un día después de que el propio Biden dijera por primera vez en una entrevista con la cadena CNN que frenará el envío de armamento ofensivo a Israel si el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, diera la orden a sus tropas de invadir la ciudad al sur de Gaza.

La reacción de Biden, respaldada por su partido, en particular el ala progresista que ha sido más crítica respecto de su apoyo a Israel y pedía una postura más dura, fue recibida con un fuerte rechazo en Israel y por los republicanos en Estados Unidos.

“Hamas ama a Biden”, escribió en X el ministro de seguridad nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, en una dura réplica de la coalición gobernante al mandatario.

Hamas ❤️Biden

— איתמר בן גביר (@itamarbengvir) May 9, 2024

Por su parte, Netanyahu publicó un video en X y advirtió: “Si tenemos que estar solos, lo haremos solos y ganaremos”.

אם נצטרך לעמוד לבד, נעמוד לבד וננצח. pic.twitter.com/PBlPBH8u6Y

— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) May 9, 2024

Kirby remarcó en su llamada con la prensa que el gobierno de Biden seguirá brindando a Israel el armamento que necesita para defenderse de cualquier ataque externo –Estados Unidos fue un actor fundamental en la defensa de Israel ante el ataque que lanzó Irán semanas atrás–, pero remarcó que Biden “no quiere que se utilicen ciertas categorías de armas estadounidenses en un tipo particular de operación en un lugar particular”, en referencia a Rafah.

“Es una elección que Israel deberá tomar. Y esperamos que no lo hagan. Seguiremos trabajando con ellos de nuestra parte para desarrollar enfoques alternativos que creemos que tendrán mayores posibilidades de éxito estratégico, mayores posibilidades de eliminar la amenaza de que el pueblo israelí enfrenta con Hamas”, insistió el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Al ser consultado sobre las negociaciones para lograr un alto al fuego, Kirby advirtió además que “cualquier tipo de operación terrestre importante en Rafah fortalece la posición de Hamas en la mesa de negociaciones, no la de Israel”.

Rechazo a una invasión

La ofensiva pública de la Casa Blanca ocurre cuando la invasión de Rafah parece inminente, con tropas israelíes ya apostadas en el ingreso de la ciudad. Estados Unidos y otros aliados occidentales de Israel han dejado en claro su rechazo a una invasión en Rafah que podría llegar a elevar de manera dramática el saldo de víctimas civiles –más de 34.000 personas murieron en Gaza desde que comenzó el conflicto por el ataque terrorista del 7 de octubre de Hamas, que dejó unas 1200 víctimas en Israel y más de 240 rehenes en la franja, más de la mitad aún en cautiverio– además de empeorar la crisis humanitaria y la hambruna entre los palestinos.

Pero Netanyahu y su gabinete de guerra han desestimado las advertencias y se mostraron, hasta ahora, decididos a avanzar con la operación, a la cual consideran vital para su objetivo de derrotar a Hamas.

La amenaza de Biden, quien ya suspendió algunos envíos de armas a Israel, constituyó el ultimátum más severo de la Casa Blanca y llegó luego de varios meses de distanciamiento entre Washington y Tel Aviv debido a las divergencias, cada vez más públicas y notorias, entre la estrategia desplegada por Netanyahu y su gabinete y los intentos del gobierno norteamericano y otros actores regionales por enfriar el conflicto, y evitar una escalada mayor en una región caldeada.

Una y otra vez, el gobierno de Biden dejó en claro que no respalda una operación en Rafah, pero ninguna de las amenazas o advertencias de la Casa Blanca parecen haber logrado su objetivo de disuadir a Netanyahu.

Para Biden, el conflicto en Medio Oriente amenaza con transformarse en un nuevo obstáculo en su proyecto reeleccionista, y su advertencia a Israel volvió a generar una fuerte repercusión política en Estados Unidos.

Figuras de la izquierda de los demócratas, como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, respaldaron la decisión del presidente. “Hay 1,3 millones de personas en Rafah. No es necesario masacrarlos para perseguir a Hamas”, escribió en X. Pero el Partido Republicano al unísono criticó con dureza la decisión del mandatario al acusarlo de abandonar a Israel, y, además, de darle una ventaja estratégica a Hamas.

“Esta decisión de la administración Biden echó nafta al fuego”, dijo el senador republicano Lindsey Graham.

 

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