Los mensajes no pueden ser ya más claros. Antes de la carta de Pedro Sánchez y de todo lo que ha deparado la reflexión del presidente, el líder del PP ya venía advirtiendo a los suyos que las elecciones europeas se iban a plantear como unas segundas generales. 

Primero llegarán las catalanas la semana que viene, pero es la cita comunitaria de junio la que realmente tensiona a Alberto Núñez Feijóo porque se vuelve a medir con el socialista. Encima de la mesa estaban, sobre todo, la ley de amnistía y los pactos con los independentistas. Las dos cuestiones sobre las que el líder del PP quiere que la ciudadanía se exprese a la hora de votar. Ahora la situación ha cambiado y el enfrentamiento es todavía más hondo. Pero el líder conservador reconoció ante sus diputados y senadores este martes, como ellos mismos reflexionan, que la presión se ha redoblado por el último movimiento del presidente.

Feijóo y su dirección son muy críticos con el episodio protagonizado por Sánchez – “ha montado un espectáculo adolescente” llegó a decir el líder conservador, calificándolo también de “ridículo” – y consideran que si algo ha quedado claro con la no dimisión es que estaban puestos en razón. Que el presidente tenía preparada una operación, que no pensaba dejar la presidencia aunque hiciera creer a su partido que sí -Sánchez ha asegurado que llegó a pensar que dimitía- y que incluso ha utilizado los asuntos de su mujer, denunciando una campaña de acoso, para darle forma a una decisión política puramente tacticista. 

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Pero incluso cumpliéndose ese guion, que en Génova siempre vieron como una operación de rearme electoral, Feijóo cree que puede funcionarle. O, como mínimo, dicen en su equipo, reagrupar al electorado de la izquierda en torno a sus siglas. Creen que ocurrirá en Cataluña el 12 de mayo -con afectación a los comuns y ERC esencialmente- y también en las europeas. 

“Sánchez ha intentado cohesionar a los suyos dividiendo a España en dos. Y va a apelar a su lado del muro para coger aire. Por eso tenemos que movilizar, asumir la importancia de estas elecciones y transmitir a los españoles que nos jugamos mucho”, dijo en un discurso a todos sus parlamentarios, incidiendo también en la “única alternativa” que representa el PP con la vocación de comerle un trozo de la tarta a Vox. Esa reunificación del voto en la derecha es muy relevante para tomar distancia del PSOE y Feijóo lo sabe.

“El partido de Sánchez utilizará estas europeas como validación de sus desmanes. Por eso tenemos que ganar nosotros”, dijo, elevando la presión a máximos. Justo antes había dejado claro que para las elecciones comunitarias se tiene que poner en marcha “hasta el alcalde del municipio más pequeño”. El mensaje ha sido recibido en las filas del PP. Y, de hecho, este lunes ya hubo una reunión en Génova de los presidentes provinciales con la secretaria de Organización, Carmen Fúnez; y el director de la campaña europea, Esteban González Pons. También estuvo presente el propio Feijóo.

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A todos ellos, igual que a los diputados y senadores, se les ha encomendado “hacer mucho territorio” y dedicarse en cuerpo y alma a la cita del 9 de junio. Feijóo necesita una victoria clara para reafirmar la labor de oposición y, sobre todo, para que Sánchez sufra un castigo en las urnas. Antes por todas las decisiones tomadas (está por ver el desenlace catalán) y, ahora, aún más, porque buscan un rechazo a lo ocurrido estos días. “No se puede causar este bochorno internacional y jugar con un país entero”, repiten una y otra vez en Génova.

La reunión de los grupos parlamentarios tenía muchos más mensajes. Después de que Sánchez confirmara que se queda en la Moncloa y anunciara un plan de regeneración democrática del que todavía no se conoce el contenido, el PP quería enviar el mensaje de que no echará el freno en su oposición. Al contrario. 

De ahí que Feijóo disparara por varios frentes: avanzando una denuncia en los tribunales contra el CIS y su utilización partidista (el último ejemplo es la encuesta flash a raíz de la carta), confirmando la exigencia de comparecencia de Sánchez en el pleno del Congreso (si no accede, la forzarán en el Senado), la vuelta a las calles y anunciando una batería de medidas para reforzar la calidad institucional, desde la prohibición de acusar a los jueces de ‘lawfare’ a aprobar medidas de transparencia en los entornos más cercanos del presidente y evitar casos de tráfico de influencias. 

Después de que Sánchez arremetiera contra la oposición y algunos medios de comunicación -a los que llamó “digitales”, “webs” o “pseudomedios” sin dar nombres- el PP quería enviar el mensaje de que no rebajarán el control sobre el Gobierno. Antes de que Feijóo hablara, Isabel Díaz Ayuso ya decía en una entrevista en la cadena Cope: “No podemos ceder un pelo ni podemos tener miedo. No nos vamos a achantar”.

 

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