Un emotivo duelo de gigantes con final abierto. Un partido que recorrió múltiples sensaciones, donde un equipo pasó de dominador a dominado y recorrió con un par de jugadas el sentido contrario, protagonizaron Bayern Munich y Real Madrid en el estadio Allianz Arena, en la capital de Baviera, por las semifinales de la Champions League. Un empate 2 a 2 que dejó la serie viva, expectante, cargada de tensión y dramatismo camino a la definición, el próximo miércoles, en el mítico Santiago Bernabéu.

Fue un espectáculo que dignifica al juego, porque los intérpretes se aferraron a las reglas y a brindarse al extremo para satisfacción de un público que contempló con respeto la obra; una función para imitar, porque no necesitó de la ampulosidad del árbitro para conducir, ni de la interrupción y las largas deliberaciones que ofrece en estas latitudes el VAR en las acciones polémicas, aun cuando se sancionaron dos penales. Un encuentro que tuvo la supremacía de los alemanes en la tarea colectiva y en la estrella de Vinicius Jr. la carta poderosa de los madridistas.

Resistió Real Madrid la andanada de Bayern Munich y con dos puñaladas de Vinicius Jr. hizo que naufrague el plan alemán de tomar ventaja en el cotejo de ida. El duelo entre los poderosos de la Bundesliga y la Liga de España ofrece una rivalidad de medio siglo, con pasajes en los que el territorio germano fue inhóspito para los madridistas.

La historia señala que se midieron en 27 oportunidades, siendo el partido entre clubes europeos que más veces se repitió en la historia y la paridad es abrumadora: 12 festejos de Real Madrid, 11 de Bayern Munich y ayer se consumó el cuarto empate. Llamativamente, nunca el duelo los descubrió mano a mano en una final.

El reloj no redondeó un minuto de partido y las pulsaciones se aceleraron con la definición de Leroy Sané, que hizo lucir al arquero ucraniano Andriy Lunin. Una señal de la intensidad y la búsqueda del triunfo, una demostración de la intención de sofocar al rival que estableció el entrenador Thomas Tuchel para Bayern Munich. El asedio alemán ahogó a Real Madrid, que precisó de 20 minutos para porfiar el control. Dominado, asfixiado, sin encontrar las salidas por las bandas ni la pausa en sus volantes, la aventura era un incordio para los españoles.

“Si miras sus goles y rebobinas 10 segundos, no los ves venir. Todo parece que está bajo control, que el Madrid está en inferioridad numérica, pero avanzas cinco segundos y están arriba en el marcador”, apuntó un día antes el entrenador alemán Tuchel y no falló en el detalle: Toni Kroos, repelido con una silbatina por su paso por Bayern Munich y su preferencia por el club español cada vez que entró en contacto con la pelota, leyó a la perfección el movimiento de su compañero Vinicius Jr. y lo dejó mano a mano con el arquero Manuel Neuer. El brasileño dio la estocada y la acción validaba las palabras de Tuchel.

El emotivo empate entre Bayern Munich y Real Madrid

“Toni [Kroos] siempre hace las cosas muy fáciles y me ha regalado un gol. Entrenamos muchos años juntos y ya lo conozco muy bien y él a mí. Ahora toca hacer una noche mágica en casa”, señaló el artillero de Real Madrid. “El resultado es bueno, a nivel partido se podía hacer mejor. El Bayern es muy peligroso, mostró su mejor versión y nosotros, no. Tenemos tiempo para mejorar el miércoles”, relató Carlo Ancelotti, DT de Real Madrid que en dirigió a Bayern Munich en 2016 y 2017; en el primer año cayó en los cuartos de final de la Champions League ante su actual equipo.

La desventaja no desarticuló la ambición bávara y el ingreso de Raphael Guerreiro en lugar de Leon Goretzka enseñaba que Bayern Munich no estaba dispuesto a modificar su estrategia. Diez minutos de vértigo en el inicio del segundo tiempo y 180 segundos para revertir el marcador: por la derecha, Sané atacó, enlazó un regate y lanzó un potente remate para que la pelota se colara entre el palo y las manos de Lunin; en la franja opuesta, Jamal Musiala encaró a Lucas Vázquez –tomó el puesto del suspendido Dani Carvajal-, que lo derribó dentro del área. Harry Kane hizo el resto y los alemanes tomaron el control en el juego y el resultado.

“Jugaremos contra la camiseta y el mito”, otra definición de Tuchel, que también quedó ratificada en el desarrollo. La historia resalta que Real Madrid, aun doblegado, tiene el aura para reinventarse. No ofrecía el encuentro situaciones para creer en la leyenda, hasta que combinaron Vinicius Jr. y su compatriota Rodrygo, que giró en el área y evidenció las dificultades del surcoreano Kim Min-jae, que arribó desde Napoli a cambio de 50 millones de euros. El duelo lo expuso: falló en el primer gol y cometió la infracción que posibilitó el empate de Real Madrid. Con Luka Modric fallando en la definición con Manchester City, son Kross ni Jude Bellingham en la cancha, Vinicius Jr. tomó la pelota y con un engaño dejó fuera de acción a Neuer para convertirse en el tercer futbolista de Real Madrid en anotarle un doblete a Bayern Munich y el encargado de estirar el desenlace del clásico europeo al Bernabéu, la última escala camino a la final en Wembley.

 

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