En la región de Bolu, al noroeste de Turquía, existe una ciudad abandonada que parece haber sido arrancada de un cuento de hadas de Disney, aunque su destino no fue tan mágico como sus inspiraciones cinematográficas.

Conocida como Burj Al Babas, esta ciudad concebida en 250 acres (poco más de un millón de m²) y con una inversión inicial de £160 millones (al rededor de 200 millones de dólares), prometía ser un verdadero paraíso terrenal. Sus mansiones, reminiscentes de los palacios de Enredados o Cenicienta, se construyeron de manera majestuosa, con tejados que parecían sacados de los sueños. Estaba planeada para tener un centro comercial, un parque acuático y diversas instalaciones recreativas, y pretendía ser un destino ideal para aquellos que buscaban el lujo y la fantasía.

El proyecto, con una arquitectura similar a la de un cuento de hadas, capturó la imaginación de muchos. Sin embargo, los desafíos y las adversidades pronto se hicieron evidentes. A medida que los problemas financieros lo tiraban abajo, la magia comenzó a desvanecerse. La empresa constructora se declaró en quiebra antes de completar el desarrollo, dejando atrás un paisaje surrealista de casas a medio construir.

Aunque el destino actual de Burj Al Babas es desolador, la esperanza persiste entre los desarrolladores. Con villas listas para la venta y la promesa de completar el proyecto con el apoyo económico adecuado, aún mantienen la fe en revivir. Mientras tanto, la ciudad vacía atrae la curiosidad de los turistas, quienes vienen a contemplar este paisaje surrealista y hasta fantasmagórico.

El increíble lugar en Argentina que inspiró los parques de Walt Disney World

Durante un viaje a Argentina en la década de 1940, Walt Disney quedó cautivado por los parques infantiles que vio en Buenos Aires. Conocida como la República de los niños, es un espacio abierto diseñado para el disfrute de los más pequeños y de sus familias. Dotada de juegos coloridos, áreas de recreación y un ambiente alegre y acogedor, este parque es un espacio donde la imaginación puede florecer libremente.

La visión de Disney se vio profundamente impactada por la vitalidad y la alegría que emanaba este espacio. Reconociendo el poder de la imaginación y la importancia de crear entornos que estimularan la creatividad y la diversión, Walt se propuso llevar esta experiencia a un nivel completamente nuevo.

De regreso en Estados Unidos, Disney comenzó a idear un proyecto revolucionario: un parque temático que encarnara la magia, la fantasía y la diversión que había experimentado en la República de los Niños de Argentina. Este sueño se hizo realidad con la apertura de Disneyland en 1955, ubicado en Anaheim, California.

Inspirado en lo que vio en Argentina, Disneyland ofrecía un mundo de fantasía donde las familias podían sumergirse en aventuras, explorar tierras lejanas y encontrarse cara a cara con sus personajes favoritos de los cuentos de hadas.

Estos espacios mágicos continúan hasta el día de hoy inspirando la imaginación de generaciones de niños y adultos, recordándonos la importancia de preservar la magia y la alegría de la infancia en cada etapa de nuestras vidas.

 

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