La mirada crítica aparece como factor común cuando la diputada nacional Victoria Tolosa Paz se refiere a la actualidad del Partido Justicialista y al gobierno del presidente Javier Milei. De sus palabras, fluyen los cuestionamientos para su propio espacio de pertenencia y también para los máximos referentes del principal rival electoral actual del peronismo. Locuaz e interesada en marcar alternativas para el justicialismo y “contradicciones” que observa en el Gobierno, la diputada recibe a LA NACION tras una mañana y parte de una tarde de debate en la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja.

Subraya que el PJ debe ampliarse hacia un frente que lo exceda y destaca coincidencias con radicales y socialistas, refuerza sus críticas por aumentos de fondos para Javier y Karina Milei, y se defiende de la acusación que le hizo el oficialismo por presuntas irregularidades en la provisión de guardapolvos cuando fue ministra de Desarrollo Social.

-¿Cómo debe reorganizarse el peronismo, tras la salida de Alberto Fernández de la titularidad partidaria?

-Después del congreso del partido a nivel nacional quedó un sabor amargo, porque no partió de ponerle voz a lo que necesitamos, que es volver a una mesa de conducción colegiada, donde haya una mesa de acción política, donde los distintos sectores que están fuera de nuestra herramienta electoral, que es el partido, puedan ingresar. Peronistas hay en todos lados, pero hay muy pocos que estén hoy dentro de la estructura partidaria electoral, porque se han ido alejando no porque estén lejos del pensamiento del Partido Justicialista, sino porque están lejos de la dirigencia política que está encolumnada en nuestro partido. En el marco de poner por delante las ideas y no las personas, vamos a ir construyendo o reconstruyendo un peronismo que puede estar adentro de la estructura electoral partidaria o puede ser un peronismo por afuera. Eso dependerá de si el partido abre la discusión o sigue en esta clave de hacer que no pasa nada, que cueste levantar la voz y que te den un micrófono, como le pasó al compañero Alberto Rodríguez Saá, que cueste escuchar la crítica que puede hacer Fernando Gray, que cueste escuchar a Sergio Berni. La incapacidad de escuchar voces disonantes nos va cerrando como movimiento.

“Vamos a tener que establecer un frente más grande que el peronismo

Victoria Tolosa Paz

-¿Qué dirigentes le gustaría que volvieran al partido?

-Vamos a tener la necesidad de establecer un frente mucho más grande que el peronismo. Por eso, me parecen más importantes las ideas que los nombres. Hoy tenemos una unidad de criterio con vastos sectores del radicalismo que están muy plantados en la defensa de la universidad. Las ideas son la etapa que viene, acumular ideas que se contraponen al proyecto que representa Javier Milei. Nos va a encontrar, el 25 y el 27, en un frente político mucho más amplio que lo que vimos hasta ahora.

-¿Su mirada sobre el peronismo bonaerense es similar a lo que ve en el nacional?

-Soy muy crítica. Me tocó plantar la bandera de generar una PASO en la provincia de Buenos Aires y vi con mucho desagrado cómo se manipula el reglamento de nuestro partido, y se modifican las composiciones de las minorías, para evitar que esas minorías se expresen. No encuentro, en el Partido Justicialista, vocación de poder ampliar y establecer reglas de juego claras.

-¿Cómo se traduce está situación del peronismo en el bloque legislativo?

-Hemos establecido, con un gran conjunto de hombres y mujeres dentro de Unión por la Patria, un grupo que se autodenomina Federales, que tiene una fuerte impronta del interior del país, con una referencia clara en los gobernadores, y también en territorios en los que no tenemos gobernadores pero hay plantados diputados y diputadas nacionales. Se generó en el bloque una amortiguación muy fuerte a los enojos, posibles fracturas, distintos posicionamientos.

-¿Ha podido hablar estos temas con Cristina, con Massa, o están alejados?

-Por una cuestión de la dinámica que yo traía, con el equipo de Sergio Massa dialogo mucho más, los temas previsionales, impositivos, de coparticipación de impuestos. Uno tiene una dinámica más seguida en estos ámbitos que con Cristina o con Máximo [Kirchner], con los que tengo otra dinámica de consulta.

-¿Qué mirada tiene del triunfo de Milei?

-Son muchos años de un proceso político que terminó dándole a Javier Milei esa victoria en el balotaje. Eso requiere un ejercicio de mirar para atrás, sin romantizar, siendo conscientes de que hubo años en los que pudimos cumplir expectativas muy grandes del pueblo argentino a la hora de una Argentina con trabajo, inversión y desarrollo, pero también hace mucho que la Argentina no crece sostenidamente, que viene retrocediendo en educación pública, peleando por un esquema de soberanía energética, hace mucho tiempo que la Argentina viene disociada en la enorme inversión pública que se hace en materia de tarifas para segmentos y grupos etarios que no lo necesitan. Los problemas que no hemos sido capaces de resolver nos devuelven como espejo a Javier Milei gobernando. Hay una posibilidad de armar un frente mucho más grande que lo que vimos hasta ahora. Soy optimista, porque en esta última etapa nos encontramos coincidiendo en el rechazo de delegación de facultades con Margarita Stolbizer, Mónica Fein o Esteban Paulón. Nos encontramos con Facundo Manes, diciendo que es inconstitucional el DNU; o nos encontramos coincidiendo con la mirada de Martín Lousteau.

-¿Considera que esta vez puede avanzar la Ley Bases?

-Me preocupa que venden que está todo cerrado y, en la Comisión de Presupuesto, si uno escucha a Juan Manuel López, es crítico del paquete fiscal; si escucha a Nicolás Massot, fue muy crítico del capítulo fiscal. Y también [eso] nos acerca en posiciones. Criticamos la falta de integralidad de la reforma, la falta de mirada exhaustiva de los 29 fondos fiduciarios, los impuestos internos al tabaco que fueron eliminados, la regresividad de la matriz impositiva en una Argentina con profundas desigualdades sociales, el peso que va a tener en el trabajador esta reforma tributaria y cómo liberan cargas sobre sectores de gran capacidad contributiva.

-¿Cree que habrá actividad legislativa en el Congreso, o el Gobierno buscará saltearlo?

-Va a ser muy difícil que puedan cerrarlo, ya demostramos que en el eje movilidad jubilatoria estuvimos a tres votos [del quorum]. Nos sentamos 126 en el pedido de sesión especial que hizo Hacemos Coalición Federal, y eso demuestra que hay vocación de sintetizar. De acá para adelante, en temas que empezamos a sintetizar puede ser una variable a contemplar. El Ejecutivo seguramente le temerá a ese lograr quorum para imponer agenda. Siempre queda después la posibilidad del veto presidencial, pero con un costo, porque las leyes que pensamos sacar van a ser leyes que mejoren las condiciones de vida de nuestros ciudadanos.

-Denunció el aumento de sueldo del Presidente; luego llegó una denuncia hacia usted por adquisición de guardapolvos cuando fue ministra; tras ello, su planteo sobre los fondos para Karina Milei…

-Yo no hice ninguna denuncia judicial. Cuando uno tiene conocimiento del Estado, y lo tengo, hay que contar fácil el Boletín Oficial. Milei miente porque dijo que no iba a haber aumentos de sueldos para él, sus ministros, secretarios y subsecretarios, y lo hubo en un 48%. ¿Karina Milei miente? Que nos explique cómo se aumentó su presupuesto como secretaria general de la Presidencia en 22 millones de pesos mensuales; esto es, tener más Unidades Retributivas para pagar al conjunto de cargos jerárquicos que la acompañan como funcionaria pública. Estoy mostrando la contradicción de quienes dicen que vienen por el bronce, que no viven de su salario, y te das vuelta y ves el aumento de 22 millones de Karina Milei, el aumento de categoría de [Manuel] Adorni, de subsecretario a secretario, que impacta en más de 400 mil pesos de aumento por mes, llegando a 3.300.000 su sueldo, cuando tenemos jubilados que ganan 170 mil pesos. A partir de que hice esa explicación pública, empezó una catarata de denuncias judiciales-mediáticas de intentos de hechos de corrupción en áreas del Ministerio de Capital Humano. Es la búsqueda de atacarme porque fui quien expuso al Presidente, pero también de denostar la política pública.

-¿Lo de los guardapolvos usted lo ve como un vuelto?

-En la causa de los guardapolvos a mí no me denunció ni [Sandra] Pettovello, ni ningún funcionario público. Ellos muestran algunos hechos que habría que evaluar si hay algún hecho ilícito. Aunque lo repitan hasta el hartazgo, el ministerio no compró guardapolvos; el ministerio ejecutó un programa de cogestión entre el Estado nacional y las cooperativas textiles registradas en el Inaes [Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social], con sus papeles y autoridades al día, con capacidad de infraestructura y técnica instalada, para darle al Ministerio de Desarrollo Social guardapolvos a un precio que estableció la Sigen y el INTI en cuanto al tipo de guardapolvo que debían entregar, para los sectores vulnerables. La auditoría de diciembre, que hace todo ministro al retirarse, da cuenta de la cantidad de guardapolvos de todos los talles que están en los tres depósitos del Ministerio de Desarrollo Social. Esas cooperativas fueron contratadas por la resolución de cogestión que no inventó esta ministra, que la escribió y lleva la firma de la exministra Carolina Stanley y que, además, es una mejora del procedimiento administrativo que llevaba adelante Alicia Kirchner, para que veamos que esta política de que el ministerio encarga guardapolvos para inclusión social y laboral de sectores populares no es nueva. Esto no tiene nada que ver con el proceso de adquisición y compara que tiene el Estado nacional. En la tele y los medios, se dicen cosas que luego no tienen un correlato con los expedientes administrativos y con los procedimientos utilizados. Eso lo quiero dejar muy claro. Y también quiero separar que, si alguna cooperativa, sus asociados y miembros cometen algún ilícito en la tercerización del corte, de la confección, el planchado, del empaquetado o la entrega al ministerio, no es responsabilidad de esta ministra. Para eso hay organismos de control como el Inaes.

-¿Ve riesgo de que el descontento que hoy expresan los movimientos sociales derive en un estallido social?

-Los sectores vulnerables han tenido algunas medidas importantes de contención. El aumento de la AUH, de la Tarjeta Alimentar, del Plan Mil Días, son medidas importantes que tomó el Gobierno para contener debajo de la pirámide de ingreso. Dicho esto, ahí no termina la política social en la Argentina. Hay un conjunto de hombres y mujeres en la vulnerabilidad que no tienen hijos y que necesitan tener la garantía de ser incluidos en el derecho a la alimentación y la inclusión laboral. El descalce que han hecho, que es congelar el plan [por el Potenciar Trabajo] a diciembre, está bien cuando hay una Argentina creciendo, porque se genera una brecha entre el salario y el plan social, es lo que hizo Néstor Kirchner, para que la gente deje de tener el plan y vaya a buscar trabajo. En un contexto en el que el FMI dice que este año vamos a caer 2,8 puntos del PBI, congelar esa situación es enterrar en las posibilidades de accesos a la canasta básica de alimentos a cientos de miles que no tienen hijos pero tienen esa transferencia de recursos. En la era Milei no hay capacidades demandadas, no está creciendo el empleo registrado, no está creciendo la inversión ni el producto bruto interno. Ante la caída del producto bruto interno, se desploma el salario, el trabajo, hay exclusión, y estos sectores van a estar peor.

 

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