El Barça llega al Santiago Bernabéu en una situación límite. Los azulgranas tienen una desventaja con el Real Madrid de ocho puntos a falta de siete jornadas y están obligados a ganar para mantener esperanzas de título. La situación es muy parecida a la que se vivió hace veinte años y que tuvo como protagonista a Xavi Hernández, ahora técnico azulgrana.
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El conjunto que dirigía Frank Rijkaard viajaba a Madrid con una desventaja de siete puntos con el Real Madrid y el Valencia a falta de cinco jornadas para el final de la Liga. El encuentro se jugó en una fecha cercana a la de mañana, un 25 de abril del 2004.
Era la primera temporada de Joan Laporta en la presidencia y el Barça asaltó el Bernabéu con un gran juego coral y un futbolista sublime como Ronaldinho. Se adelantó el Real Madrid, que dirigía Carlos Queiroz, al inicio de la segunda mitad con un gol de Santiago Solari, que igualó cuatro minutos después Kluivert. A falta de cinco minutos para el 90, Ronaldinho se inventó un gran pase por encima de la defensa y Xavi superó a Casillas con una vaselina para dar el triunfo a su equipo. El gol está ya para siempre en el imaginario culé y daba el triunfo al Barça en el Bernabéu tras más de seis años sin lograrlo.
Otro de los protagonistas del encuentro fue Luis Figo. Aquel Real Madrid era el de los galácticos. Estaban Figo, Zidane y Beckham, pero había iniciado su descomposición. Había perdido la final de Copa en Montjuïc (2-3) contra el Zaragoza y el Mónaco lo había eliminado en los cuartos de final de la Champions. Figo estaba desquiciado y vio la segunda amarilla en el minuto 68 por una dura entrada sobre Puyol, a quien dejó tres semanas lejos de los terrenos de juego.
El Barça, en cambio, llegó al Bernabéu sumando quince partidos de Liga seguidos sin perder. Había llegado a estar 18 puntos por debajo del Real Madrid, salió del clásico a cuatro y acabó el campeonato dos puntos por delante de los blancos, aunque fue el Valencia el equipo que acabó proclamándose campeón. Fue la antesala de lo que llegaría, pues la Liga fue azulgrana en las dos siguientes temporadas.
