La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se sumó a la ola de críticas que generaron los dichos del diputado libertario Alberto “Bertie” Benegas Lynch, quien consideró este domingo que los padres, si quieren, pueden hacer trabajar a sus hijos en lugar de enviarlos a la escuela. En la primera réplica de un miembro del Gabinete, la funcionaria le contestó: “La educación obligatoria fue propuesta en el contexto del pensamiento humanista liberal justamente para promover la libertad de los menores tutelados por adultos. Esto permite que los niños puedan educarse, ampliando sus horizontes, para desarrollar un proyecto de vida propio en el contexto de culturas cada vez más complejas, lo que vuelve imprescindible una alfabetización integral”.

Desde sus redes sociales, y sin mencionar directamente a Benegas Lynch, Pettovello prosiguió: “La libertad de enseñanza, hija de la libertad de conciencia, promueve que los padres sean los primeros y naturales educadores, pero esto no conlleva un dominio ilimitado sobre sus hijos. El Estado y la sociedad civil también forman parte de la tutela de la educación”.

“Ningún agente educativo puede absolutizar su dominio formativo sobre los menores de edad”, resaltó la funcionaria del gabinete de Javier Milei en su cuenta personal de Instagram. Pettovello agregó que la educación obligatoria “derivó muchas veces en el adoctrinamiento o en monopolio ideológico, pero de esto no deben seguirse falsas soluciones que caen en otros absolutismos, como el de los padres sobre los hijos”.

“El Estado tiene que regular y promover la libertad educativa de toda la sociedad, autolimitándose y limitando el abuso de poder de otros agentes. Y las familias y la sociedad civil potenciar la educación no formal y formal para ampliar las esferas de la libertad humana”, cerró la ministra en su reflexión.

Durante una entrevista en radio Milenium, Benegas Lynch dijo que no creía en la obligatoriedad de la educación, algo que promueve la ley 1420. Para el diputado de La Libertad Avanza (LLA), la misma es “responsabilidad de los padres” y, por lo tanto, no debería intervenir el Estado.

“Vos a tu hijo le querés dar lo mejor y muchas veces puede pasar, y sobre todo en la Argentina, que no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller con el padre trabajando”, dijo. “¿Cómo va a ser el Estado quien decide sobre el chico? A mí no se me ocurre una cosa tan invasiva”, opinó. Su reflexión no pasó desapercibida. Desde distintos sectores salieron a su cruce.

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