A diez años de la primera edición del cuarto libro del poeta Jorge Curinao (Río Gallegos, 1979), los escritores y editores Roberto Raschella, Daniel Riquelme y Alejandro Cesario decidieron relanzar Otros animales, que agrupa veintiocho poemas en prosa unidos por un tono, un paisaje y un elenco de fuerzas naturales, sobrevivientes y fantasmas. “Dicen que la nieve es neutra y que la noche canta como un niño ahogado. Escucho mi nombre en un sueño caído al pensamiento, al suelo. ¿Qué es un hombre entrando al sueño?”, se lee en el primer poema, que establece de manera casi tangible una atmósfera estremecedora que se sostiene hasta el final.

En el libro se allegan un circuito (más temporal que espacial), el registro de la experiencia de un duelo (o de varios duelos) y “una invocación donde las palabras suenen como cuchillos en el aire”; sutil y anómalamente, escenarios patagónicos, animales en manada, piedras, personas y plegarias componen una gramática del luto.

Algunas referencias sirven de contorno a las imágenes poéticas: “Mi padre era un trabajador. Una mañana, en la primavera de 1987, se fue como todos los días. No volvió. Nadie supo bien qué pasó”; “La muerte de un padre se parece al viento de la noche: canta frente a una puerta que insiste en permanecer cerrada”. Al final, como si recogiera las redes en un mar de sentidos irradiados por “quien escribe a la luz de una vela”, el poeta santacruceño traspasa un argumento: “La gente entra al mundo desde otros mundos. Una puerta cerrada es una pregunta, esa desesperación que nos alumbra”.

Otros animales

Por Jorge Curinao

La Yunta

52 páginas, $ 7000

 

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