Durante mucho tiempo, los chupetes resolvieron los ataques de llanto de millones de niños. Hoy, muchos padres recurren a las vívidas imágenes en un celular para lograr el mismo efecto. No faltan quienes los utilizan para capturar la atención de los pequeños mientras comen, sin levantar los ojos de las pantallas, casi como autómatas que degluten sin pestañear. O para asegurarse de que no molesten.

El magnate norteamericano Bill Gates, fundador de Microsoft, lleva años de comentar públicamente que sus hijos –hoy de 27, 24 y 21 años– no tuvieron celulares hasta los 14 años. Sorprende que quien tanto contribuyó al uso de la tecnología en el mundo haya optado por limitar el tiempo en las pantallas de sus propios hijos. No ha sido el único. Steve Jobs, Mark Cuban y Alexis Ohanian, todos ellos superestrellas en este campo, comparten pensamientos similares.

Bill Gates lleva años de comentar que sus hijos –hoy de 27, 24 y 21 años– no tuvieron celulares hasta los 14 años

Compartir una cena en familia fue para Gates una ceremonia sin celulares. Asimismo, llegado el momento de que sus hijos sí accedieran a dispositivos propios, les controlaba los tiempos de uso obligándolos a desconectarse a partir de las 22. Como experto en estas lides, Gates tiene claro que el resplandor azul que emana de los dispositivos reduce la producción de melatonina y que una buena higiene del sueño demanda que, horas antes de dormirse, se recomiende protegerse de este tipo de luces, que alteran nuestros ritmos circadianos.

Mark Cuban reconoció incluso que pagaba a su hijo para que mirara videos de matemática en lugar de los adictivos de Minecraft, y Ohanian confesaba que tanto su mujer, Serena Williams, como él preferían que su hija se aburriera solo con sus pensamientos y juguetes.

Desde lo legislativo, hay mucho por hacer, estableciendo reglas que cubran un preocupante vacío legal

Está comprobado que un exceso de tiempo ante pantallas podrá asociarse con obesidad, pero también con daños psicológicos, a merced del peligro de la explotación y el abuso sexual, promoviendo las autolesiones e incluso los suicidios entre los jóvenes. Ya nos referimos desde estas columnas a la demanda federal elevada en EE.UU. contra Meta, madre de Facebook e Instagram, en octubre 2023, por las graves consecuencias de haber promovido el uso compulsivo y adictivo de redes entre niños y adolescentes. En marzo pasado, el estado de Florida dictó la ley HB3 para proteger a los niños de los daños causados por el uso de redes, incluyendo una prohibición para que los menores de 14 años sean titulares de cuentas sin consentimiento parental expreso y comprobable, obligando a las empresas a eliminar las cuentas que no se ajusten a las normas y a pagar daños y perjuicios a los damnificados, con multas de hasta 50.000 dólares. “Internet se ha convertido en un callejón oscuro para nuestros niños”, afirmó uno de los impulsores de la medida, que comenzará a regir en enero de 2025. La regulación de estas cuestiones que afectan la salud mental de los menores está a la orden del día en EE.UU.

Días pasados, el abogado Fernando Tomeo se preguntaba desde un artículo en nuestras páginas qué estamos haciendo en nuestro país al respecto cuando la integridad psicológica de jóvenes y niños está en juego. Desde el ámbito escolar, los programas de concientización del uso responsable de la tecnología son sumamente importantes, así como también la conversación familiar sobre estos temas. Desde lo legislativo, hay mucho por hacer, estableciendo reglas claras y sanciones que cubran un preocupante vacío legal que incluye modificar la ley de protección de datos personales en lo que involucra a aquellos de los menores por parte de las redes sociales y las plataformas informáticas.

 

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