El que fuera exviceprensidente del Gobierno y ministro de Economía durante la era Aznar, Rodrigo Rato se defiende de las acusaciones por las que la Fiscalía Anticorrupción, que pide para él 70 años de cárcel, atribuyendo «técnicas inquisitoriales» e «irregularidades» tanto a este órgano como a los inspectores tribuitarios que analizaron su situación fiscal durante los años investigados, coincidentes con el tiempo en el que Cristóbal Montoro se encontraba al frente del departamento.

Por segundo día consecutivo, Rato responde a las preguntas de su abogada, María Massó, en el juicio que se celebra contra él en la Audiencia Provincial de Madrid por presuntos delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios en el marco de la causa sobre el presunto incremento ilícito de su patrimonio.

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Ya antes de comenzar la sesión, el también expresidente del FMI aludió a la que está siendo su línea de defensa en declaraciones a los periodistas. «Cualquiera que haya seguido la instrucción de la causa, con sus irregularidades y con la actuación de la Fiscalía Anticorrupción, comprenderá que tengo que ser muy cuidadoso», según ha recogido Europa Press mientras se dirigía a la puerta de acceso.

Rato continúa así con la tónica iniciada en su primer día declaración, cuando rechazó contestar al interrogatorio por parte de la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado, acusando de «montar una fabulación» y de ir «a la búsqueda del tesoro perdido» que en realidad no existe.

Prueba diábolica

«Yo no sé si el sistema inquisitorial de pedirte que demuestres que algo no es tuyo, en vez de demostrar que es tuyo, lo aplican con otros ciudadanos; la verdad es que me parecería terrible, en mi caso me parece terrible», ha llegado a manifestar ante la sala. El exministro de Economía considera que se ha utilizado en su caso una «prueba diabólica» en la que tiene que demostrar por ejemplo, en relaicón con algunas de las cuentas que se le atribuyen que él no es «una una señora, que se ha identificado, que tiene una cuenta sicav en Miami.

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«Y no lo soy, y eso pues porque no le viene bien a la teoría del tesoro oculto, entonces la impunidad con la que se actúa, porque aquí no hay responsabilidades más que para mí, es tremenda, ¿Yo por qué tengo que mostrar que no soy una persona que tiene una sicav en Miami, cuando esa señora ya ha dicho que es suya?», ha manifestado. «La Fiscalía decidió que tenía que ir por otro camino, no lo sé, no puedo entender que la Administración pública española en ámbitos penales utilice prácticas inquisitoriales de demostraciones negativa», ha manifestado sobre este dato concreto de la acusación que se formula contra él.

Fortalecer sus empresas por el juicio a Bankia

En otro momento de su declaración, relativa al momento en el que se acogió a la amnistía fiscal de 2012 y también al modelo 720 -que obligaba a declarar los bienes en el extrajero y fue anulado por el Tribunal de Justicia de la UE en 2022- . Sobre la primera, ha señalado que se acogió a esta declaración tributaria especial «con ánimo de repatriar el dinero a España, porque ya tenía una causa en la Audiencia Nacional (el caso Bankia), que podría tener consecuencias de responsabilidad civil».

En cuanto a su patrimonio fuera de España, ha manifestado que «la Agencia Tributaria conoce todo desde 2012 no porque ella lo descubra sino porque yo se lo digo, voluntariamente» aunque a su juico la Fiscalía parece ir «olvidando trocitos para mantener vivas las acusaciones» contra él. Ha añadido que hasta seis peritos, dos de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, y otros cuatro de Hacienda revisaron sus declaraciones sin que hubiera ningún problema, hasta que en 2021 decieron revisar estas regulaciones.

La abogada Massó le ha presentado por determinadas transferencias realizadas en 2012, como una realizada a Camboya por 2.000 euros que según Rato obedecía a un pago a una ONG que debíó haberse deducido. Ese año se le atribuye un patrimonio oculto de 32.000 euros que se eleva a tres millones un año más tarde, como consecuencia de otras inversiones y cuentas en el extranjero que afloraron entonces.

 

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