La expulsión de Ronald Araujo a la media hora de juego, el incomprensible penalti de Cancelo, el defectuoso rechace de Jules Kounde… Los graves errores defensivos del FC Barcelona y las polémicas decisiones del colegiado rumano István Kovács enterraron el sueño europeo de un equipo que ilusionó enormemente a su afición, pero fue incapaz de eliminar al PSG. Xavi Hernández, entrenador azulgrana, no pudo esconder su frustración tras la eliminación continental.

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«Estamos contrariados, enrabietados. La expulsión de Araujo marca la eliminatoria. Estábamos bien, ordenados en ataque y en defensa. Para mí es demasiado pitar roja. Es una pena que el trabajo de toda una temporada se termine por una decisión arbitral. Hay expulsiones en el fútbol, pero el árbitro ha estado muy mal. Un desastre. No me gusta hablar de los árbitros, pero lo tenemos que decir. No nos podemos callar», opinó sobre la actuación arbitral.

El míster azulgrana reconoció que «dudó» al escoger el futbolista damnificado y explicó que sustituyó a Lamine Yamal porque «aunque Pedri salía de una lesión, queríamos control y en ataque ya teníamos a Raphinha y Lewandowski». «Hemos tenido el empate primero y ocasiones claras para empatar la eliminatoria después, pero con 10 futbolistas era muy difícil», justificó un Xavi que no quiso hablar de su futuro: «El Barça lo volverá a intentar. Yo no soy importante. Hemos hecho una Champions muy digna, notable. El año que viene volveremos, pero hay que controlar algunos detalles».

 

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