Los gatos son conocidos popularmente por su intrigante y misteriosa personalidad, y por su capacidad de movimiento. Son animales que se manejan con total independencia y muchas veces sorprenden por su destreza; claro que mucho de ello está relacionado con su fisonomía. Puntualmente, son sus bigotes los que les permiten huir del peligro, pero esa es una de las tantas funciones que tiene esa parte de su cuerpo.

Llamadas también vibrisas, no son parte de su pelaje, sino que cuentan con un folículo piloso cinco veces mayor que el normal, donde se ubican terminaciones nerviosas y células sensitivas. En los gatos, están presentes por encima de la boca, en las cejas y detrás de las patas traseras, y con ellos son capaces de recibir estímulos sensoriales, por lo que es importante no cortárselos, siendo su elemento para relacionarse con el entorno.

De acuerdo a esta característica particular, los bigotes cumplen diversas funciones para el animal. En primer lugar, cabe destacar que la longitud de los mismos representan el ancho del gato, por lo que son su elemento de medición para cuando quieren introducirse a algún espacio. Por ello, si en algún momento viste a tu mascota retroceder de un espacio, probablemente es porque supo que no cabía.

También, son un elemento crucial para colaborar con la vista del animal, ya que cuentan con un problema de enfoque en la visión. En este sentido, los bigotes ayudan a aclarar en que proximidad se encuentran tanto diversos elementos como la comida que consumirán, lo que les permiten moverse con agilidad también en la oscuridad.

Además, las vibrisas son agentes receptores cuyos movimientos pueden dejar en evidencia el estado de ánimo del animal: si están hacia adelante, el gato está asustado, mientras que si están en una postura “normal”, se encuentran relajados y en un espacio de confianza. Por otra parte, a través de ellos, los gatos pueden percibir diversos fenómenos atmosféricos como la humedad, vibraciones electromagnéticas y temblores de tierra, entre otros. Asimismo, son capaces de identificar a su presa a través de la corriente del aire.

Como bien se mencionó, es importante que los bigotes no sean cortados ni sacados; suelen tener entre ocho y doce en la zona de la boca; pueden caerse naturalmente y generalmente se regeneran, por lo que es crucial no intervenir en este proceso, ya que si los pierden por completo también lo harán con sus capacidades sensoriales. Sin embargo, un dato no menor es que las gatas madres suelen recortárselos a sus crías para evitar que se alejen de ella y ganen autonomía.

Cuántos años viven los gatos

Tener mascotas significa contar con un compañero de vida; por eso, pensar en el momento en el que los animales ya no estén es de lo más triste. Pero, es importante conocer la información acerca de su esperanza de vida, que varía según los tipos de cuidados que recibe.

La vida media de un gato es de entre 13 y 17 años, según los especialistas de PetMD. Asimismo, estos destacan que los que están bien cuidados pueden llegar a vivir hasta los 20 años.

 

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