Dubái, la ciudad más emblemática de los Emiratos Árabes Unidos, conocida por su clima desértico y escasa precipitación anual, ha sido testigo de una situación climática sin precedentes. Esta semana, en un lapso de 24 horas, la región ha experimentado una cantidad de lluvia que supera el total anual promedio, lo que ha dado lugar a inundaciones catastróficas, así como a un torbellino de especulaciones y teorías sobre sus causas, en particular sobre la siembra de nubes.

¿Cuán extrema fue la lluvia en DubÁi?

La ciudad de Al-Ain, a poco más de 100 kilómetros de Dubái, registró alrededor de 256 mm de lluvia en solo un día, un volumen de agua que normalmente se espera a lo largo de varios años en esta región. Las calles de la ciudad quedaron sumergidas bajo el agua, con vehículos a la deriva y residentes buscando refugio.

La intensa lluvia también provocó un impacto considerable en el aeropuerto, con aviones parcialmente sumergidos en agua. Las pistas de aterrizaje resultaron inundadas. Naturalmente, esta situación, junto a las adversas condiciones meteorológicas, provocó la cancelación de numerosos vuelos a lo largo del día.En total, se cancelaron 21 despegues y 24 aterrizajes, se desviaron tres vuelos y el aeropuerto permaneció cerrado durante 25 minutos.

La causa principal de este fenómeno fue un sistema de baja presión «cortado», que atrajo aire cálido y húmedo, bloqueando otros sistemas meteorológicos. Así, si bien esta parte del mundo se caracteriza por largos períodos sin lluvia seguidos de precipitaciones intensas, el evento reciente fue extraordinariamente raro.

Aunque aún no se ha cuantificado exactamente cuánto ha influido el cambio climático en este evento específico, la intensidad del fenómeno concuerda con lo que se espera en un clima que se calienta. 

 

Mitos y realidades de la siembra de nubes

La técnica de siembra de nubes, que involucra la dispersión de partículas como el yoduro de plata en las nubes para fomentar la precipitación, ha sido una práctica común en los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, a pesar de las especulaciones en redes sociales, es exagerado atribuir las recientes inundaciones a estas operaciones. De hecho, según informes del Centro Nacional de Meteorología de los Emiratos Árabes Unidos, no se había realizado siembra de nubes antes de la tormenta.

Los expertos indican que la siembra de nubes podría haber tenido, en el mejor de los casos, un efecto menor en la tormenta, y centrarse en esta práctica como causa de las inundaciones es engañoso. El ambiente ya contenía más vapor de agua debido al cambio climático, lo que facilitaría la formación de lluvia sin necesidad de intervención artificial. 

Claves para el Futuro

Un estudio reciente sugirió que las precipitaciones anuales podrían aumentar hasta aproximadamente un 30% en gran parte de los Emiratos Árabes Unidos para finales de siglo a medida que el mundo continúa calentándose.

La falta de infraestructura adecuada para gestionar tales volúmenes de agua es un desafío significativo para Dubái. La urbanización acelerada y la falta de espacios verdes que absorban el agua aumentan la vulnerabilidad de la ciudad a inundaciones. Por lo tanto, es necesario adaptar la infraestructura y construir reservorios para almacenar el agua de las lluvias y utilizarla posteriormente.

En enero, la Autoridad de Carreteras y Transporte de los Emiratos Árabes Unidos estableció una nueva unidad para gestionar las inundaciones en Dubái, mostrando un paso hacia la adaptación a esta nueva realidad climática. 

Las recientes inundaciones en Dubái no solo reflejan la complejidad de la interacción entre el cambio climático y los eventos meteorológicos extremos, sino también la urgencia de repensar cómo las ciudades pueden prepararse mejor para el futuro. Más allá de las teorías de la siembra de nubes, es crucial enfocarse en soluciones de infraestructura y adaptación climática que puedan mitigar los efectos devastadores de tales fenómenos en el futuro.

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