La ciudad de Nueva York es conocida por sus rascacielos, su incomparable Central Park, por la Estatua de la Libertad, por su carácter cosmopolita y por contar con uno de los recintos más icónicos de la historia del deporte.

Indudablemente hablamos de un Madison Square Garden que fue inaugurado en la isla de Manhattan en 1879 y siempre se ha mantenido en este emplazamiento -aunque cambiando de finca hasta en tres ocasiones-.

Primero fue un velódromo

El primer Madison Square Garden se levantó en los cimientos de la vieja estación de ferrocarril que unía Nueva York con Harlem.

Al mudarse esta parada a la icónica estación de Grand Central Terminal en 1871, los terrenos quedaron abandonados hasta que un visionario pensó que este lugar entre el cruce de la calle 26 y la Avenida Madison podía ser rehabilitado como un velódromo de ciclismo.

Sí, como lo oyen, el primer Madison Square Garden se empleó para estas lides y por eso apenas duró 11 años haciendo ese tipo de eventos.

El segundo estuvo inspirado en Sevilla

Los dueños decidieron derrumbarlo por completo, erigiendo uno de las construcciones más bellas de Nueva York en 1890 con la construcción de un recinto que tenía hasta una torre que era similar a la Giralda de Sevilla coronada por una estatua de la diosa Diana.

Este Madison Square Garden II, situado en la plaza con el mismo nombre, acogió los eventos deportivos más importantes del deporte norteamericano: como las series Mundiales de Fútbol Americano, eventos de atletismo, boxeo y por supuesto mantuvo su tradición con el ciclismo.

Además de esto, el recinto albergaba frecuentemente festivales musicales, circos y hasta la Convención Nacional Demócrata de 1924. Como curiosidad, el arquitecto que lo erigió murió este mismo lugar por una disputa amorosa.

Pese a todos estos eventos, el Madison Square Garden registró numerosos problemas de viabilidad económica, decidiendo la compañía New York Life Insurance Company ejecutar la hipoteca del recinto para demolerlo en 1925 y crear la sede de su compañía en un atentado contra la arquitectura de la ciudad.

A día de hoy, todavía la gente se echa las manos a la cabeza por lo que sucedió con una de las construcciones más bellas de la ciudad.

El boxeo hizo el tercer Madison

El nombre de Madison Square Garden, sin embargo, había obtenido tanta fuerza y relevancia a nivel nacional e internacional que hizo que a partir de entonces se mantuviese ese nombre, aunque no estuviese el recinto situado en la plaza Madison. El siguiente pabellón fue estrenado en 1928, ubicándose entre la Octava Avenida y las calles 49 y 50.

Para este pabellón, los grandes magnates del boxeo estuvieron como socios capitalistas del pabellón, reuniendo en apenas unas semanas 5 millones de dólares en una de las construcciones más caras de la época. El Madison III siguió la senda de su antecesor en cuanto a eventos organizados, aunque era mucho más vetusto y feo al ser una estructura cuadrada sin torres.

El pabellón echaría el cierre en 1968 siendo la sede del All-Star de la NBA y no exento de polémica, porque inicialmente se derrumbó para construir en su terreno el edificio más alto del mundo. Los vecinos de Hell’s Kitchen consiguieron detener la idea, haciendo que su sucesor fuese un parking durante dos décadas y luego, ya sí, se convirtiera en un rascacielos.

El Madison que todos conocemos

El actual Madison Square Garden se sitúa entre las avenidas séptima y octava entre las calles 31 a 33, aunque se erige justo por encima de la Estación Pensylvania.

Este pabellón con forma circular ha sido sede de los eventos más importantes del deporte mundial y también de conciertos de leyendas sin parangón. Ha heredado su posición como sede de Rangers y Knicks, aunque también le acechan los problemas.

El Ayuntamiento de Nueva York tiene entre ceja y ceja ampliar la estación que está justo por debajo del pabellón y esto significa inevitablemente una mudanza que están postergando desde 2013.

Los dueños del recinto están de acuerdo en marcharse, pero quieren unos terrenos dentro de la isla de Manhattan -algo que parecen improbable- para obedecer los designios del hemiciclo neoyorquino. Los Knicks quieren seguir siendo el equipo de la ciudad y no verse obligados a mudarse a un barrio.

 

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