Karina Milei eligió a un economista de 31 años sin trayectoria política para armar La Libertad Avanza en la ciudad de Buenos Aires, la fortaleza electoral de Pro, el principal socio político de la Casa Rosada en el nuevo mapa de poder. Se trata de Juan Pablo Scalese, un soldado de la hermana del Presidente que se dedica a la gastronomía y trabaja como asesor del bloque libertario en la Legislatura Porteña.

Scalese fue el encargado de organizar el acto del domingo último por el lanzamiento del partido en el territorio porteño. La jugada de la secretaria general de la Presidencia, que se encuadra dentro del plan que puso en marcha el clan Milei para garantizarse un sello propio y un armado político con presencia a nivel nacional con vistas a las elecciones de 2025, reanudó la guerra fría entre Karina y los dirigentes históricos de LLA. Ella busca neutralizarlos y quitarles las credenciales. Por eso, acumula fuentes propias de poder para apuntalar el ascenso de su hermano y sumar leales en la etapa de regeneración de la fuerza.

De hecho, Oscar Zago, jefe de bloque de LLA en Diputados y uno de los integrantes de la vieja guardia de los libertarios en la ciudad -más allá de sus orígenes en el MID-, escenificó el miércoles su ruptura con los Menem, aliados internos de Karina Milei, durante la escandalosa reunión de la comisión de juicio político por la designación de Marcela Pagano como presidenta del cuerpo. El abierto desafío de Zago a Martín Menem, titular de la Cámara baja, profundizó las tensiones en el universo de LLA por el reparto de puestos codiciados en plena cruzada de la Casa Rosada para conseguir el aval del Congreso a la nueva ley bases. Zago terminó eyectado de su cargo y el bloque oficialista quedó fracturado.

Las “fuerzas del cielo” son un conglomerado de dirigentes de diversa extracción o outsiders sin recorrido político. Milei no actúa como un conductor natural, por lo que no hay una unidad de acción dentro de las propias filas.

“La conducción es una sola: Karina es Javier. Hay algunos que no lo entienden, pero nosotros somos soldados de ‘El Jefe´”, dicen los feligreses porteños de la secretaria presidencial.

La apuesta por Scalese como “armador” porteño no escapa a esa lógica. Su perfil cumplía con los requisitos de Karina Milei para liderar la renovación de la tropa libertaria en el bastión de Pro, donde Ramiro Marra, excandidato a jefe porteño y aliado de Eugenio Casielles, se afianzó como la figura central del espacio, pero no logró contar con el beneplácito de la hermana del Presidente. Scalase es una suerte de “testaferro” político de Karina, según coinciden dirigentes con amplio recorrido en LLA. “Me encomendaron armar el partido en la ciudad”, repite el economista, que se dedica a reclutar afiliados en una oficina ubicada en la calle Viamonte, pleno centro porteño.

Scalese no es un hombre con peso propio en la fuerza ni un articulador relevante en la ciudad. Es un dirigente novato que hasta hace poco no tenía vocación política. Apenas ocupó una suplencia en las listas de 2023 y no cuenta con aliados en el distrito, donde Pro, la UCR y el PJ tienen estructura territorial. Sin embargo, el economista tiene lazos estrechos con los Milei y, sobre todo, con Karina. Es un “admirador” del diputado ultraliberal Alberto «Bertie» Benegas Lynch, quien desató una polémica sobre la obligatoriedad de la educación, y tiene un vínculo cercano con el economista Héctor Rubini, amigo íntimo del Presidente y profesor de la UCEMA.

“Soy amigo de Bertie, lo admiro como profesional. Es una persona muy capacitada y está elevando la vara en diputados”, afirma Scalese sobre el hijo del máximo referente ideológico del Presidente. Antes de acercarse al mundillo de Milei, Scalese conoció a Rubini, quien trabajó en los planes de reforma del Estado de LLA en 2023, durante su cursada en la universidad. Ser ayudante de Rubini le permitió tener llegada al círculo de Milei.

Scalese, que se recibió como economista en la UADE, se aproximó a los Milei a mediados de 2020, cuando el liberal comenzó a edificar su ambición presidencial. Atraído por las ideas del economista, Scalese colaboró con actividades de campaña y, prontamente, se convirtió en un colaborador de Karina, “El Jefe”, según el glosario político de Milei.

Scalese no lleva la política en la sangre. Es hijo de una docente y un abogado que ya están jubilados. No militó en su época de estudiante universitario y recuerda que decidió meterse en las filas de LLA después de la pandemia. Asegura que no se sentía atraído por la política hasta que irrumpió el fenómeno de Milei. Se sintió seducido por sus diatribas contra “la casta” y su prédica económica liberal. “Las cosas estaban yendo mal en el país y se estaba repitiendo el mismo patrón”, relata Scalese.

“Milei está haciendo lo que prometió. Hay que estabilizar la macro, porque hubo un descalabro. Nada de lo que pasó es casual. Hubo una mala política monetaria y fiscal. Y el ajuste lo estamos pagando todos”, remarca con vehemencia.

Scalese es un primerizo en el arte de organizar una fuerza política, pero tiene experiencia en el sector privado. No solo trabajó en el Banco Santander, sino que consiguió empleos en Globant, de Martín Migoya, y la gestora de fondos comunes de inversión Consultatio, de Eduardo Constantini. Antes que supiera que su destino sería la política, se involucró en la gastronomía y junto a dos socios es dueño de Mission, un bar de tragos en Palermo.

Pese a que sostiene que no tiene padrinos políticos y se presenta como un outsider, el joven libertario también consiguió un puesto como asesor en la Legislatura porteña, según registros oficiales. Allí, Scalece afirma que colabora con diputados del bloque de LLA en temas económicos y financieros, sobre todo, vinculados a la “problemáticas de los comerciantes”. Su primer empleo en el universo de la “casta”.

A fines de marzo, Scalese se reunió con Karina Milei en la Casa Rosada para pulir el armado del partido libertario en la Ciudad. La premura de la hermana del Presidente, que trabaja junto a Eduardo “Lule” Menem, su mano derecha, en la organización jurídica del espacio, responde a que el jefe del Estado aspira a tener una fuerza reconocida por la Justicia en el orden nacional en 2025 que le permita limitar sus restricciones políticas en el Congreso y no depender de los acuerdos con eventuales socios como Pro para presentar las listas.

El eje de Karina Milei y los Menem -Martín, hijo del exsenador Eduardo Menem, tiene el instrumento legal porque registró el sello en La Rioja- apunta a construir un partido con presencia territorial y limitar la injerencia de Pro en el armado de las listas ante un eventual acuerdo entre el Presidente y Mauricio Macri.

Con ese trasfondo, Karina Milei y los Menem, quienes reemplazaron a Carlos Kikuchi, otro de los integrantes de la vieja guardia de LLA que fueron desterrados, en el rol de armador, pusieron en marcha la Ciudad, fortín de Pro, pero ya avanzan en otros distritos como Córdoba -donde también hubo tensión con los aliados-, Santa Fe y Corrientes. Se requiere tener el reconocimiento del partido en al menos cinco provincias para tener personería jurídico-política a nivel nacional.

Scalese dice que organizó el acto para reclutar afiliados junto a un grupo de miembros fieles de la organización de Milei, como el especialista en marketing digital y consultor político Fernando Cerimedo, quien lo ayudó a amplificar la convocatoria en redes.

Karina Milei marginó a la conducción del Partido Libertario en la Ciudad, cuyo referente son Zago y Nicolás Emma. “Mientras nosotros trabajamos para darle institucionalidad a Milei, ellos hacen politiquería”, replican los detractores de la hermana del Presidente, quien colocó a María del Pilar Ramírez como jefa de bloque de LLA en la Legislatura, donde Scalese tiene un contrato de asesor y colabora, sobre todo, con Leonardo Saifert. Es parte de la tropa de Karina Milei, como Lucía Montenegro o Rebeca Fleitas, que choca con el grupo de Marra y Casielles, y tiene una actitud cooperativa con Jorge Macri.

Sin antecedentes políticos, Scalese es cauto a la hora de diferenciarse de Pro, aliado estratégico de Milei en el Gobierno y el Congreso. Por caso, evita opinar sobre el rumbo los primeros tres meses de gestión de Jorge Macri o reconoce que aún no se interiorizó sobre el reclamo de la Ciudad a Milei por los fondos de coparticipación.

Confiada de la capacidad competitiva de su hermano en la nueva escena política, Karina le encomendó presentar una nueva alternativa de derecha en la casa matriz de Pro. Es uno de los distritos donde Milei no cosechó su mejor performance en las presidenciales. “En algunas cosas estamos de acuerdo y en otras, no. Queremos aumentar la oferta”, puntualiza. Y evitar cuestionar a Marra, quien elude los conflictos en el territorio porteño y se aboca a su rol de asesor de Milei en el Consejo Económico.

Scalese estará acompañado por una tropa de adeptos a Karina sin recorrido en la política o con ascendencia en el espacio, como la abogada Yamila Fernández, Juan Ignacio Boutet, fundador de la Juventud Libertaria o la perfumista Angélica Kelly Correa. Fernández puso a disposición una oficina en la calle Viamonte 640 para organizar las afiliaciones necesarias para la inscripción legal. Por ahora, cuentan, “no hay plata” para pensar en alquilar en el corto plazo una sede partidaria como tiene Pro, en Balcarce 412. “No sé cómo Pro consigue financiar eso, espero que no sea de mis impuestos”, ironiza Scalese.

 

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