Tal como se especulaba, el Gobierno anunció que en marzo el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit financiero de $276.638 millones, producto de un superávit primario de $625.034 millones y de intereses de la deuda pública neto de pagos intrasector público, que alcanzaron los $348.396 millones. De esta manera, se hilvanaron tres meses consecutivos de excedente financiero y se acumuló un superávit de 0,2% del producto bruto interno (PBI).

Según afirmó Javier Milei en su discurso, todo el excedente fiscal logrado se va a traducir en baja de impuestos. Y agregó que esta es la primera vez en 20 años que se logra un superávit financiero en un primer trimestre de un año.

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Los ingresos totales del SPN alcanzaron en el tercer mes del año los $6.121.629 millones (+254,5% i.a.). Asimismo, en lo que respecta a la recaudación tributaria, se indicó que tuvo un crecimiento de +254,5% i.a., explicado principalmente por la variación del comercio exterior y del Impuesto PAIS.

En ese sentido, por el lado del comercio exterior, los derechos de exportación crecieron +574,5% i.a. (+$267.306 millones) y los derechos de importación registraron una suba de +181,1% i.a. (+$122.553 millones). Por su parte, el Impuesto PAIS tuvo un incremento de $665.860 millones.

En tanto, los gastos primarios del SPN alcanzaron en marzo los $5.496.595 millones (+177,0% i.a.). En lo que refiere a las prestaciones de la Seguridad Social, las mismas ascendieron a $1.975.288 millones (+164,9% i.a.). “Por otra parte, las remuneraciones alcanzaron los $823.892 millones (+213,7% i.a.) producto de los incrementos otorgados en el marco de las políticas salariales acordadas”, se explicó en el Ministerio de Economía.

Aun con el ajuste de tarifas encarado, los subsidios energéticos se incrementaron en $213.366 millones (+223,3% i.a.), mientras que los destinados al transporte aumentaron $60.409 millones (138,4% i.a.). En realidad, los subsidios económicos en general crecieron en $296.879 millones (+206,8% i.a.).

Nadin Argarañaz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), señaló que los ingresos tributarios decrecieron un 8,6% y los ingresos no tributarios cayeron levemente en términos reales, mientras que el gasto primario bajó 28,6% real interanual. “Como resultado, el déficit primario se transformó en un superávit primario de $625.000 millones. Además, el gasto en intereses bajó 31% en términos reales respecto al mismo mes de 2023. En efecto, el déficit fiscal se convirtió en un superávit fiscal de $276.000 millones. Todo el cambio del resultado fiscal fue explicado por una reducción real del gasto”, detalló el economista.

Hilando más fino, Argañaraz remarcó que en el primer trimestre del año se aprecia que 15 de los 16 componentes del gasto tuvieron descensos en términos reales. “La excepción fue el gasto en asignaciones universales para la protección social (10,6%). Los gastos que más cayeron fueron: transferencias de capital a provincias (-98,4%), inversión real directa (-82,5%) y Transferencias corrientes a provincias (-76,3%)”, precisó.

Argañaraz también enfatizó que es importante analizar la distribución del recorte del gasto público en el primer trimestre. “Ahí se aprecia que las jubilaciones y pensiones soportaron el 35% de la reducción total, la inversión real directa el 15%, las transferencias a provincias el 13%, subsidios a la energía el 9% y salarios el 7%, entre los más importantes”, desmenuzó el especialista.

Por su parte, el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, comentó que lo positivo es que se mantuvo el superávit primario y también el financiero. “Claramente, se redujo el gasto respecto de los meses anteriores, pero eso va a ser así porque así es la estacionalidad del año: el primer trimestre es el más fácil, pero los meses posteriores se van poniendo progresivamente más difíciles. De hecho, el último trimestre es el más complicado”, dijo.

Algo para destacar es que, a diferencia de lo que pasó en meses anteriores, en marzo el impuesto PAIS ya explica por sí solo todo el superávit financiero. Para Caamaño esto plantea un desafío en el corto plazo, porque, según opinó, se trata de un tributo que hay que quitar. “Ahora, para no perder el superávit primario, hay que bajar el gasto y subir otros impuestos para reemplazar el PAIS”, indicó el economista.

En definitiva, Caamaño sintetizó que el resultado es positivo, pero que de ahora en más el reto será reemplazar la “licuadora” –según dijo, el gasto primario bajo 0,6 puntos porcentuales del PBI y de eso 0,32 puntos porcentuales los aportó la baja del gasto en jubilaciones y pensiones– y el impuesto PAIS por una baja mayor del gasto por el lado de subsidios económicos; “Es decir, por recortes más quirúrgicos o una mejor orientación del gasto”.

 

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