WASHINGTON.- Para encontrar el hilo de la visita de la general Laura Richardson a la Argentina basta con leer su último testimonio en el Congreso de Estados Unidos. En su declaración escrita, de 41 páginas, Richardson referenció a China más de 100 veces –fue el actor excluyente de su declaración–, y, en dos ocasiones, mencionó a la Argentina: al hablar de la estación de observación espacial en Neuquén, y del proyecto del puerto en Usuahia.

“Esto mejoraría drásticamente la capacidad de la República Popular China para acceder a la región antártica y la pesca, e impactaría la movilidad estratégica de Estados Unidos hacia un área reservada para la paz y la ciencia”, advirtió Richardson sobre el puerto en su declaración.

Sobre la estación en Neuquén, Richardson indicó que le brinda al ejército chino “capacidades globales de seguimiento y vigilancia espacial”.

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China, principal rival geopolítico de Estados Unidos, es la preocupación excluyente de la gestión de Richardson, la primera mujer al frente del Comando Sur de Estados Unidos, la operación militar que se encarga de las operaciones norteamericanas en América latina y el Caribe. Richardson, de 60 años, es la segunda mujer del Ejército en alcanzar el rango de General de cuatro estrellas. “Ella es pequeña, pero poderosa”, la definió su suegra, June, en un perfil que llegó a la tapa de la revista Time, en 2003, con su foto y el título: “Cuando mamá va a la guerra”. Richardson y su marido, James Richardson, teniente general del ejército, ya retirado, se encontraban en Kuwait para la Operación Libertad Iraquí. James volaba helicópteros Apache, y Laura, Black Hawk. Su única hija, Laurel, que en ese entonces tenía 14 años, quedó en la base Fort Campbell, en Kentucky.

Richardson se unió al ejército empujada por su pasión por volar. Su padre, Jan Strickland, médico, contó en ese perfil que ya desde pequeña se notaba que Richardson iba por ese camino, cuando pedía una y otra vez subirse a la montaña rusa. Obtuvo su primera licencia para volar con apenas 15 años, y, en 1986, se unió al ejército para poder volar, luego de obtener su título de psicóloga en Metropolitan State College de Denver, Colorado, su estado natal. Ese mismo año, conoció a su futuro marido, Jim o “Jimbo”, para los amigos, en Fort Rucker, en la academia de pilotos de helicóptero. Llevan casados más de tres décadas.

Como piloto del Ejército, Richardson voló helicópteros Black Hawk, y, además de Irak, también sirvió en Afganistán. Antes de participar en las dos guerras más recientes en la historia de Estados Unidos, Richardson trabajó como asistente militar para Al Gore durante la presidencia de Bill Clinton, y llegó a tener la responsabilidad de llevar el “fútbol nuclear”, el maletín que contiene los códigos de lanzamiento de las armas nucleares de Estados Unidos. El resto de su carrera estuvo signada por los ascensos: en 2011, se convirtió en general de brigada, y, en 2017, fue ascendida a teniente general y nombrada subcomandante general del Comando de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. En 2019, Richardson asumió luego el comando del Ejército Norte, y dos años más tarde, en 2021, Biden la nominó para liderar el Comando Sur. Ese mismo año, Richardson recibió su cuarta estrella.

Biden anunció el nombramiento de Richardson en el Día Internacional de la Mujer, en un acto en la Casa Blanca en el que también nombró a la general Jacqueline Van Ovost para liderar el Comando de Transporte.

“Cada una de estas mujeres ha llevado carreras que demuestran una habilidad, integridad y un deber incomparable con el país. Y a cada paso, también han ayudado a abrir las puertas a las mujeres en nuestro ejército, abriendo el camino un poco más amplio, un poco más brillante para todas las mujeres orgullosas que siguen su camino y miran su ejemplo”, dijo Biden.

“Todos necesitamos ver y reconocer los logros de estas mujeres que superan barreras. Necesitamos que las jóvenes que recién comienzan sus carreras en el servicio militar lo vean y sepan que ninguna puerta se les cerrará. Necesitamos mujeres y hombres en todas las filas para ver y celebrar los logros y el liderazgo de las mujeres en los servicios”, agregó.

Richardson es sumamente competitiva. “No tengan miedo de soñar grande, y trabajen como locas para conseguir sus objetivos”, dijo en una entrevista al sitio The Social Moms Network.

La Argentina también estuvo presente en su audiencia de confirmación en el Senado, en 2021. El tema: la probable compra de aviones JF-17 de China. El senador Mark Kelly, aviador naval y astronauta, le preguntó qué podían hacer para evitar que la Argentina comprara esos aviones, y eligiera los F-16 norteamericanos. “Senador, comparto su preocupación por la presencia de equipo militar chino en esta área de operaciones”, le dijo Richardson. “Si soy confirmada, senador, trabajaré estrechamente con el Departamento de Estado y nuestras ventas militares extranjeras y programas y con nuestra nación socia Argentina para contrarrestar eso”.

Richardson llega a su segunda visita a la Argentina –la primera fue en 2022– poco después de que el gobierno de Javier Milei firmó un memorando con Dinamarca para la compra aviones caza F-16, una operación que el gobierno de Biden impulsó y avaló, y un testimonio de la estrecha cooperación militara trazada por la administración de Javier Milei. Estados Unidos, ha dicho Richardson, debe ser el “socio preferido” en el hemisferio. Hay una competencia en el hemisferio. Y su misión es garantizar que Estados Unidos gane.

 

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