Rafa Nadal está de vuelta. El tenista manacorí está regalado a los aficionados del mundo del tenis sus últimos minutos como tenista profesional en la que será la última temporada de su carrera. Su vuelta a Madrid ha generado mucha expectación, aunque también ha dejado espacio para momentos de lo más emotivos.
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El balear llegaba al Mutua Madrid Open sin prácticamente aspiraciones a nivel deportivo. Nadal es consciente de las limitaciones físicas que padece que le impiden disputar los partidos al ritmo que requiere la máxima élite. Sin embargo, Rafa quiere regalarse unas últimas participaciones en torneos que han sido icónicos en su carrera para guardar en su memoria para siempre.
Después de Barcelona, Madrid ha acogido al manacorí con una emoción desbordante entre los aficionados. La realidad del estado físico de Rafa obliga a disfrutar del tenista manacorí el tiempo limitado que esté en las pistas, así que los seguidores intentan aprovechar cada momento al máximo.
Nadal debutó en la Caja Mágica contra Darwin Blanch en un partido donde su rival puso las cosas meridianamente asequibles para Rafa. El manacorí vapuleó al estadounidense en dos rápidos sets que le permiten avanzar de ronda, donde espera nuevamente Álex de Miñaur.
Su regreso ha dejado imágenes para el recuerdo, como la tomada por Ella Ling en la Caja Mágica. Rafa, en un lado de la imagen, se encuentra concentrado en su partido mientras que, de fondo, Xisca -la mujer de Nadal- aguanta en brazos a su hijo Rafa Júnior. Rafita mira a su padre de lejos con una expresión de mucho orgullo mientras ambos se ríen, una imagen entrañable que se ha vuelto viral en unas pocas horas. El otro legado de un Rafa Nadal que sigue ampliando más si cabe su irrepetible leyenda.
