Fue una noche soñada: familia, amigos, comida exquisita, muy buena música y la mejor de las ondas. Así celebró Juliana Awada sus 50 años. El pasado sábado, la ex primera dama reunió a doscientos invitados en “Los Abrojos”, la quinta de Los Polvorines donde suele pasar los fines de semanas en familia. A su lado, inseparables, estaban su marido, Mauricio Macri, y sus hijas Valentina Barbier (al día siguiente se volvió a Madrid, donde vive) y Antonia Macri, que apenas los DJ Puli Demaria y Pabels subieron el volumen salió a la pista con sus compañeras de colegio.

Entre los invitados estaban su mamá, Pomi, sus hermanos, su ex pareja Bruno Barbier, y amigos como Julieta Spina, su cuñada Yanina Solnicki, Andrea Martínez, Natalie Sielecki, Mariana Fabbiani, Jorge Macri y Belén Ludueña, Facundo Garayalde y Wally Diamante, Evangelina Bomparola y Nuria Quintela, además de Carolina Stanley, Guillermo Dietrich y Fernando de Andreis.

Las hermanas Caradonti montaron una espectacular carpa negra en el parque y le sumaron magia con faroles orientales y livings para disfrutar relajados del menú de Eat Catering: un variado buffet que incluía centolla, pulpo y chernia, carnes y ensaladas de todo tipo. Al momento de la torta, Juliana agradeció a sus afectos y a la vida, y pasada la medianoche, se bajó de los tacos y sumó zapatillas a su vestido, corto y brillante, de Giacobbe. Aún quedaba mucho por bailar.

 

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