En 1984, el biólogo estadounidense Edward O. Wilson publicó el libro “Biofilia”, que lanzó su hipótesis de que los seres humanos tenemos la necesidad innata de afiliarnos a otras formas de vida. La idea fue debatida extensamente; un ejemplo es el libro “La hipótesis de la biofilia”, que reúne 15 ensayos que analizan desde nuestra relación con los paisajes naturales hasta cómo se dio la desconexión humana con la naturaleza (a partir del traspaso de sentido del mundo natural a los artefactos).

Quizás el punto más interesante es el que plantea el profesor David Orr en dicho volumen: quizá la biofilia no sea una propensión innata sino una elección. Es decir, que podemos cultivar el amor por la naturaleza para que prospere. ¿De qué forma abordar esto en el interiorismo? Una respuesta clara es rodearnos de más naturaleza en forma de plantas (en lo posible, de especies nativas). Con la esperanza de que no sea una fijación pasajera, sino el caldo de cultivo de mejores relaciones con la multiespecie.

Aquí, un recorrido por el archivo de Living buscando inspiración.

Antesala vibrante

En este PH de Núñez remodelado por los arquitectos Matías Beccar Varela y Ariana Werber al que la arquitecta Mabel Scaletzky llegó para inaugurar una nueva etapa de su vida, la clave fue lograr conexión con el verde, algo que no habían tenido los departamentos en los que había vivido.

Confió el paisajismo a Par Estudio, que propuso un recorrido que comienza en la entrada con cactus y especies de hojas grandes que enmarcan la puerta y concluye en un cantero a tierra con bananeros y palmeras, que se integra al living.

Divisores verdes

La frondosidad de algunas plantas puede ser aliada para segmentar espacios de la casa. Por ejemplo, en este mueble que funciona como divisor del dormitorio y el estar de un departamento de 45 metros cuadrados, helechos ubicados estratégicamente bloquean las vistas hacia el espacio más íntimo dejando pasar luz y ventilación.

En otro, ambientado por Estudio Lacroze, las plantas enmarcan el pasaplatos de la pared divisoria entre la cocina y el estar, ablandando las líneas y aportando color.

Siluetas que dibujan

La síntesis material y de color del espacio ambientado por Paula Timpani, creadora de Casa María Paula, en Experiencia Living 2023 encuentra su contrapunto perfecto en la presencia de algunas plantas que se recortan casi como esculturas.

Telón de fondo

En el hogar de la diseñadora de interiores, estilista y ex directora de Elle Sudáfrica, Laureen Rossouw, en Ciudad del Cabo, este escritorio de inspiración tropical fue sumido en una selección de galateas, araceas y palmeras. Completan la puesta los ventanales curvos y sillones tapizados en rosa.

Acentos

“Sobre la base existente, jugué en cada espacio con una mezcla de nuevo y viejo, de colores, texturas y mucha vegetación. No quería un lugar que se pareciera a ningún otro”, cuenta Ariel Naso Arce, asesor de imagen y dueño de este departamento en un quito piso frente al Hipódromo de Palermo.

En el living, el rincón vegetal con un racimo de alocasias, monsteras y palmeras se completa con una lámpara con base de cerámica (Sixta). El playroom (abajo) fue el último espacio que terminó de armar. Allí se lucen helechos, monsteras y más alocasias como foco de la ventana.

Gesto sutil

En esta casa del Bajo de San Fernando, después de un cambio en la configuración familiar el diseño original se mantuvo, pero se replanteó la ambientación por medio del interiorismo. Allí, los objetos se volvieron protagonistas: “La casa ya no me representaba, era demasiado minimalista. Los libros, las plantas, los objetos decorativos y las alfombras comandaron la nueva ambientación”, cuenta Carolina Perrot, investigadora social, consultora y autora.

Escalera arriba, lo primero que aparece es un espacio de lectura que buscó recrear la sensación de una plaza. Allí, potus, monsteras, helechos y sansevierias (incluida en una lista de plantas purificadoras de aire publicada por la NASA hace unos años) completan la escena.

Compañía de sueño

El arquitecto Víctor Ledesma y el alfarero Gabo Caraballo son los fundadores de Planta, una tienda de macetas de autor y plantas de colección en Chacarita que se vuelve cada vez más atractiva y multidisciplinaria. Viven en un departamento del Barrio Parque Los Andes y armaron allí una especie de muestra constante en la que se mezclan especies de plantas, macetas, textiles, objetos funcionales y decoración.

En esta casa en Devoto, el dormitorio está dominado visualmente por el respaldo de madera de zoita, que incorpora las mesas de luz, un nicho y sirve de apoyo para plantas colgantes.

En baños también

Si reciben luz filtrada, los baños pueden ser grandes lugares para plantas que disfrutan ambientes húmedos, como los helechos. En esta casa de frondoso entorno, el foco verde genera un punto de interés frente a la sobria paleta de colores neutros y madera.

La diseñadora Sol Palou y el arq. Christian Boix Mansilla idearon una casa para vivir y trabajar en contacto con la naturaleza sin perder el confort de la dinámica urbana. El secreto mejor guardado de la casa es el baño que remata en un patio y el ventanal corredizo que ofrece la posibilidad de ducharse casi al aire libre y en total privacidad. Sobre la mesada, las ramas de sauce se lucen sobre el florero de hierro en forma de U.

Corazón verde

Los arquitectos Diego Victorica y Florencia Bosisio pusieron este PH a punto para que cumpliera el rol de su primer hogar familiar. Un buen ejemplo es lo que hicieron quitándole el techo al antiguo comedor diario y convirtiéndolo en un virtuoso patio.

“Las vigas eran falsas, no sostenían nada. Las dejamos pensando en construir una pérgola, pero íbamos a perder mucha de la luz ganada. Y empezamos a colgar orquídeas.”

Arq. Florencia Bosisio

A la pasión por las orquídeas (que había arrancado durante unas vacaciones en Brasil y que cultivaron con clases) le sumaron un jardín vertical que tuvieron la fortuna de ganar en un concurso de G-Wall.

 

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