Alberto Núñez Feijóo vuelve de unos días de vacaciones de Semana Santa con el objetivo de espolear a los suyos y activarles ante la triple cita electoral que tienen por delante: habrá elecciones en Euskadi el 21 de abril; en Cataluña, el 12 de mayo; y el 9 de junio los españoles elegirán el nuevo Parlamento Europeo. El líder del PP ha convocado para este martes a la junta directiva nacional del partido, el máximo órgano entre congresos. De ella forman parte más de 400 personas, entre otros, la cúpula (secretaria general y vicesecretarios); los presidentes autonómicos, provinciales e insulares; los parlamentarios del Congreso, Senado y Estrasburgo; los alcaldes de las principales ciudades, y hasta una quincena de miembros de Nuevas Generaciones.

Como es habitual, el líder del PP pronunciará un discurso en abierto a los medios de comunicación y después habrá un turno de intervenciones, ya en cerrado, en el que solo acostumbran a hablar unos cuantos presidentes autonómicos. Aunque esta vez faltarán muchos por sus agendas de Gobierno: se ausentarán Carlos Mazón (Comunitat Valenciana), Jorge Azcón (Aragón), Juanma Moreno (Andalucía) Fernando López Miras (Murcia) y Marga Prohens (Illes Balears).

Según fuentes de la dirección, Feijóo hará balance de los dos años exactos que lleva al frente de la formación y blandirá su expediente hasta ahora. Dobló el brazo al PSOE en las municipales y las autonómicas de mayo de 2023, le ganó en las generales de julio y obtuvo una quinta mayoría absoluta en Galicia. Ahora, cara a este trimestre electoral, el gallego quiere «demostrar que se completa el cambio de ciclo», señalan esas fuentes, aunque no se vaya a traducir a priori con la llegada a la Moncloa. El triunfo sobre Pedro Sánchez en verano no le abrió las puertas de la sede de Gobierno porque no consiguió armar una mayoría parlamentaria suficiente: el PNV no quiso saber nada porque en la alianza para la investidura suponía votar junto a la ultraderecha de Vox.

Varios presidentes autonómicos, entre otros Azcón, Mazón y Moreno, han avisado de que no pueden participar por sus agendas de Gobierno

Feijóo quiere hacer los deberes y obtener un buen resultado en todas las urnas, porque el calendario que tienen por delante los políticos españoles, con el adelanto de las catalanas en mayo, dificulta la legislatura a Sánchez y es imposible saber todavía hasta qué punto. Según quede el PSC de Salvador Illa (primero en las encuestas) y según quién sea el ‘president’ (puede que den los números para que los independentistas sigan presidiendo la Generalitat), el jefe del Ejecutivo central lo tendrá más o menos difícil. En Madrid, ahora mismo, Sánchez necesita a Junts y ERC para sacar adelante las votaciones de las leyes en el Congreso de los Diputados. La aritmética es enrevesada y en el PP fantasean con un adelanto electoral en otoño. Otro.

Los sondeos publicados estos últimos días les hacen esperar un resultado «aceptable» en Euskadi, en palabras de un vicesecretario (pueden pasar de seis a siete escaños), un buen dato en Cataluña (pueden multiplicar hasta por cuatro los tres diputados actuales) y aspiran a doblar parlamentarios en Estrasburgo (ahora cuentan con 12).

Presión con Gómez y Koldo

Estas buenas previsiones coinciden, además, con un momento delicado del PSOE debido al escándalo de corrupción que afecta a Koldo García, antiguo asesor del exministro José Luis Ábalos. Los conservadores van a presionar con este asunto en la comisión de investigación que han constituido en el Senado, donde tienen mayoría absoluta. Además, siguen sin aclarar si llamarán a comparecer a Begoña Gómez, esposa de Sánchez, para tener más información sobre las reuniones que mantuvo con directivos de Air Europa las semanas en las que se negociaba el rescate con dinero público de la aerolínea.

La exigencia de explicaciones sobre Gómez ha cogido vuelo después de la publicación del fraude fiscal cometido por la pareja de Isabel Díaz Ayuso, un caso en el que Feijóo ha decidido apoyar a la presidenta de la Comunidad. Ayuso también está invitada a la junta directiva de este martes.

La cúpula del PP insiste en que es solo un problema del novio de Ayuso y no le afecta a ella ni al Gobierno autonómico. Alberto González Amador está imputado por el juez por dos delitos: fraude y falsedad documental, ya que intentó evitar pagar 350.000 euros a Hacienda presentando facturas falsas. El portavoz nacional de los populares, Borja Sémper, llegó a decir el miércoles pasado que es solo un «conflicto con Hacienda», obviando la imputación por los tribunales.

 

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