En mayo de 2020, un padre y su hija de 11 años paseaban por una playa de Devon, en el suroeste de Inglaterra, cuando encontraron un verdadero tesoro paleontológico: una de las dos únicas mandíbulas que se conservan de una especie de ictiosaurio desconocida hasta entonces.

Este hallazgo permitió describir a esta nueva criatura, que ha recibido el nombre de Ichthyotitan severnensis (“pez lagarto gigante”) que con más de 25 metros de longitud es la especie de ictiosaurio de mayor tamaño que se conoce y uno de los animales marinos más grandes de toda la historia, casi tanto como una ballena azul.

Un estudio publicado en la revista Plos One describe por primera vez a esta nueva especie. Sin embargo, de esta criatura se conservan solo unos pocos huesos de dos ejemplares – el primero fue descubierto en 2016 – por lo que su examen es todavía parcial. Justin Reynolds y su hija Ruby, que fue quien encontró la mandíbula y ahora tiene 15 años, han participado en el estudio.

El ictiosaurio más grande

Los investigadores estiman el tamaño de esta especie entre 20 y 25 metros de longitud, lo cual la convierte en el ictiosaurio más grande que se conoce y potencialmente el mayor reptil marino de la historia, de un tamaño similar al de los mayores plesiosaurios pero más corpulento, ya que estos últimos tenían cuellos muy largos, mientras que los ictiosaurios eran más compactos, de una forma similar a la de los delfines actuales.

También es uno de los animales marinos más grandes de la historia, ya que la ballena azul, con un tamaño promedio de entre 25 y 30 metros, es la criatura marina más grande que se conoce en toda la historia de nuestro planeta. Pero podría ser que el Ichthyotitan severnensis hubiera sido incluso más grande, ya que según los investigadores que han examinado la mandíbula encontrada en 2020, la estructura de los huesos sugiere que el animal aún estaba creciendo cuando murió.

Esta criatura vivió hace unos 202 millones de años, a finales del periodo Triásico. Por aquel entonces los ictiosaurios estaban en su apogeo y tenían una gran variedad de formas y tamaños que les permitía ocupar todos los nichos ecológicos. Sin embargo, durante el Jurásico serían progresivamente desplazados por los plesiosaurios. A pesar de su apariencia parecida a la de un delfín, que les permitía nadar rápidamente, eran reptiles.

Las rocas en las que encontraron el fósil pertenecen a un estrato de finales del Triásico, coincidiendo con una de las cinco extinciones masivas de la historia de la Tierra, casi tan intensa como la que acabó con los dinosaurios a finales del Cretácico. Este evento propició el declive de los ictiosaurios, que debían competir por la escasa comida disponible con otros depredadores como plesiosaurios y tiburones, de modo que las especies más grandes no pudieron sobrevivir.

Facebook Comments