En el corazón del cinturón hortícola de Santa Fe los productores se enfrentan a una situación cada vez más compleja. Ante el aumento exorbitante de los costos de producción muchos se vieron obligados a reducir drásticamente la superficie cultivada, lo que impactará en la oferta para consumo. Santa Fe es una de las zonas de relevancia junto a Mar del Plata y La Plata, por ejemplo.

“El panorama es desalentador. Un productor que antes solía sembrar una hectárea ahora apenas siembra un cuarto de hectárea”, comentó Guillermo Beckmann, presidente de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Esto ya se tradujo en una disminución de la superficie cultivada en toda la zona que, aseguró, ha caído hasta tres veces en comparación con años anteriores. Allí unos 300 productores sembraban unas 1500 hectáreas en el cinturón hortícola de Santa Fe, ubicado al norte de la ciudad entre Laguna Setúbal y la ruta nacional Nº 11.

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Esta área, que comprende parte de los distritos de Monte Vera, Arroyo Aguiar, Recreo, Santa Fe y Santo Tomé, del departamento La Capital, es conocida por su producción de acelga, radicheta, rúcula, repollo, puerro, verdeo y remolacha. “No quiero que se me caiga el cinturón hortícola de Santa Fe”, se lamentó el dirigente que, indicó, lleva más de 25 años vinculado a la actividad.

Esta producción, destinada principalmente al mercado de la ciudad de Santa Fe, abastece no solo a la capital provincial, sino también a localidades hacia el norte, como Reconquista, Avellaneda y hasta el límite con Chaco, así como parte de Entre Ríos y los límites con Córdoba.

El productor explicó que se ven limitados en su capacidad debido a los altos costos que enfrentan. “Vendemos nuestra producción a precios similares a los del año pasado, pero nuestros costos han aumentado más del 100%, especialmente en cuanto a luz, combustible, alquileres, fertilizantes y otros insumos”, dijo.

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“El miedo es que va a caer la oferta. En Santa Fe se está produciendo la mitad porque los productores no llegan a pagar todos los insumos que necesitan”, agregó. Según detalló, la situación se podría volver compleja durante los meses de invierno, que es cuando esperan que el cultivo se reduzca aún mas. Lo único que podría “compensar” esa fuerte caída es que, como hay menos consumo, caiga la oferta.

Además, el panorama es complejo porque muchos productores perdieron, por las inclemencias climáticas, sus invernaderos y no van a poder reconstruirlos en su totalidad. En febrero último las temperaturas aumentaron considerablemente y casi toda la producción de Santa Fe, especialmente la de lechuga, se “quemó”.

Prácticamente no quedó nada de producción local, por lo que allí tuvieron que traer verduras de Mendoza y Mar del Plata. Hace dos semanas el precio de la lechuga se disparó y en algunas verdulerías llegó a superar los $6000 el kilo.

 

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