Con la premisa de que la gente que trabaje cómoda, contenta y bien, Camila Cazes se lanzó a generar un emprendimiento que se aboca a crear espacios de oficinas alineados con las últimas tendencias. Luego de la pandemia, fue difícil lograr que la gente volviera a la presencialidad, ya que muchos descubrieron la comodidad de trabajar desde casa. El concepto de oficina se reconvirtió y son otras las necesidades y demandas que se buscan satisfacer. Su historia personal y recorrido profesional, la llevaron a sumergirse en el mundo de las oficinas.

El diseño y arquitectura de las oficinas no siempre fue tan dinámico. Hace unos años, las estructuras eran similares y las necesidades que se satisfacían también. Pero luego de la pandemia el paradigma cambió: la gente trabaja desde su casa y por objetivos. En ese sentido, Cazes explica: “Hace 20 años diseñar una oficina era aburrido, porque era un cubículo blanco; pero descubrí que, hoy en día, hay mucho por hacer, dentro de un espacio como este”.

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Luego de estudiar Diseño Industrial en la UADE y de desempeñarse por cinco años en una empresa referente en el mundo de la arquitectura, se animó a empezar con su propio proyecto. Anca, así lo llamó, nació hace dos años, con el objetivo de generar oficinas con espacios donde las personas puedan trabajar mejor: “Se piensa mucho en la gente, en que estén bien y en que quieran ir a la oficina de manera presencial”, señala la emprendedora.

Cazes cuenta que, en otro de sus trabajos, cuando le tocaba hacer las tareas más tediosas, buscaba la manera de que fueran divertidas y todos disfrutaran: “Me di cuenta que, si la pasaba bien, mis compañeros también y, además, hacíamos las cosas mucho mejor”. Con este leit motiv presente, hoy dirige Anca, desde donde han hecho proyectos para Chacofi, espacios para una financiera en un skyglass en Pilar y la oficina de LJ Ramos, también en esa zona.

Su historia se remonta a sus primeros años profesionales, ya que estuvo inmersa desde la cuna en oficinas inmobiliarias. Cuando llegaba a casa, siendo niña, su padre, Diego Cazes, gerente general de LJ Ramos, le contaba del mercado y asegura que “desde chica mamé eso. La parte comercial siempre me encantó y siento que en mi emprendimiento logré un mix de las dos cosas: no sólo sé armar una oficina, sino que puedo entender qué necesita y qué le sirve al cliente”.

Cuando se reúne con alguien que busca sus servicios, hace un estudio profundo para entender la situación y necesidades que tienen. “En la primera reunión, planteamos una serie de preguntas que nos permiten comprender sus circunstancias y necesidades”, cuenta y agrega que luego exploran detalles como su sector de actividad, la cantidad de empleados que tienen y las divisiones en la empresa. De esta manera, entienden si se requieren espacios cerrados, como oficinas privadas y salas de reuniones, lugares más distendidos, con sillones y espacios de recreación, o zonas más silenciosas para la concentración.

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Tendencias en oficinas

Camila Cazes detalla algunas de las últimas preferencias que se han adquirido y puesto en tendencia en el mundo de las oficinas:

En vez de puesto fijo, se utilizan “mesones”: grandes mesas, con lugares rotativos y comuitariosMuchos lugares de relax, donde hay sillones, que permite a los equipos tener reuniones más distendidasOpen office: los jefes están usando mucho la “mesa comunitaria”, ya que se busca que cuanto más grande y compartido sea todo, mejor.Se piensan lugares “barrios”: espacios que pueden ser el “barrio de concentración”, donde hay más silencio; el “barrio sociable”, donde hay sillones o una mesa de ping pong, para lograr más distensión. También hay sectores de reuniones informales (con mesa y sillones) y el lugar de phonebooth (zonas donde no se escucha el sonido hacia afuera y permite tener una llamada). 

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