En un derbi que épico como pocos, el Liverpool dejó escapar dos puntos en Old Trafford contra el Manchester United (2-2). Los ‘reds’ pierden el liderato de la Premier con un empate insuficiente que pone el campeonato inglés al rojo vivo.

La mayor rivalidad del fútbol inglés volvió a vivir un nuevo episodio en un clásico derbi crucial como pocos. El Liverpool estaba obligado a conseguir los tres puntos en tras las victorias del Manchester City y del Arsenal, aunque encontraría en el Teatro de los Sueños su última pesadilla.

Este Manchester United es realmente un caso digno de estudio. Los ‘red devils’ fueron sometidos durante todo el encuentro contra un Liverpool que no encontró oposición en el campo. Onana se convertía en el héroe de un equipo que se deshacía delante de su afición… aunque parece que estos son los escenarios que más gustan a este United.

No se pudo poner más cuesta arriba el encuentro para los locales después del tempranero tanto de Luis Díaz tras un saque de esquina (0-1). Los de Jurgen Klopp acumulaban ocasiones sin cesar, sometiendo a un rival que no encontraba la manera de cruzar de medio campo. El partido cobraba tintes de goleada por momentos…

Sin embargo, un error garrafal de Jarell Quansah regaló un balón franco a Bruno Fernandes que en su primera ocasión del partido anotó un espectacular tanto desde medio campo (1-1). El Liverpool no se terminaba de creer que fuese empate en el marcador, aunque su disgusto fue a mayores. Un tremendo latigazo del jovencísimo Mainoo unos minutos después acabó por desatar la locura en Old Trafford (2-1).

Pudo salvar la papeleta el Liverpool, que gracias a un absurdo penalti de Wan-Bissaka que transformó Salah sacó un punto de Old Trafford sobre la bocina (2-2). Un empate que no sirve a nadie, pero que pone la Premier al rojo vivo.

 

Facebook Comments