Se avecinaba un espectáculo futbolístico. El escenario reunía todos los ingredientes para que así fuera. Una entrada espectacular – rozando el lleno – en el Cívitas, un gran ambiente en las gradas y un clima más veraniego que primaveral, nos hacían pensar que viviríamos un auténtico partidazo. Andábamos bien encaminados.

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El Girona salió algo mejor plantado al partido. Míchel presentaba su once de gala – teniendo en cuenta las bajas de Iván Martín por sanción y Viktor Tsygankov por lesión -, aunque con una novedad: la entrada de Jhon Solís. El pivote colombiano gozaba de su segunda titularidad en liga, para acompañar a Aleix y a Yangel en la medular.

SAVINHO PUSO LA ‘SAMBA’ Y DOVBYK NO FALLÓ

Como viene siendo habitual, el Girona efectuaba una salida de balón con tres centrales, ya que Eric venía hacia dentro para dejar los carriles libres a Yan Couto, Miguel y Savinho. Y en una de esos reinicios, llegó el primer gol del partido.

El Atlético ejecutó una buena presión y estuvo a punto de comprometer a David López, que controló algo largo. Pero todo se solucionó cuando le llegó el balón a Savinho.Añadió ‘samba’ a la jugada y superó líneas con una grandísima conducción en diagonal, y le hizo llegar al balón a Yangel, que jugó con el otro brasileño, Couto, que sirvió un ‘caramelito’ a Dovbyk, que solo la tuvo que empujar.

Tras el gol, el conjunto colchonero estuvo más presente en campo rival, pero no acababa de generar demasiado peligro. El Girona juntó líneas y apenas dejó espacios, por lo que el único remedio era enviar disparos de media distancia. Lo intentaron Riquelme o de Paul, pero sin suerte.

LA ‘COMODIDAD’… ACTIVÓ LA REACCIÓN

No es que el Girona se acomodara demasiado tras el gol, pero sí que es cierto que, aunque tuviera alguna que otra ocasión para ampliar su ventaja en el marcador, permitió que el Atlético, que para nada estaba ‘muerto’ todavía, se reenganchara al partido.

Superada la media hora de partido, Yangel vio la amarilla por llegar tarde sobre de Paul, y el Atlético disponía de una gran oportunidad a balón parado. Griezmann la puso con mimo y Correa, en su intento de remate, se topó con el brazo de Miguel, que justo estaba saltando y no pudo evitar que el balón le golpeara. Y el ‘principito’, no falló.

Y a partir de aquí, el conjunto del Cholo Simeone, que minutos antes fue amonestado por protestar a De Burgos, se ‘enchufó’ al partido. Morata, que ingresó al terreno de juego por un ‘tocado’ Saúl, se lo creyó más que nadie y puso un gran centro para Correa, después de rescatar el balón de ruleta en la misma línea.

UN ERROR DE LOS QUE CASTIGAN

La suerte no sonrió al Girona en la segunda mitad. Solís, tratando de despejar un centro de de Paul que no iba a ninguna parte, le regaló un balón perfecto a Griezmann, que fusiló con su pierna derecha a Gazzaniga. Y las opciones del conjunto de Míchel se iban esfumando. La ocasión más clara, estuvo en las botas del ucraniano. Recibió un centro de Savinho, prácticamente idéntico al de Couto, pero le faltaron un par de milímetros para poder engancharla.

Con la victoria, el Atlético le recorta puntos al Girona, al que tiene ahora a cuatro puntos. Y, a falta de 21 en juego, se aprieta la pugna por el podio y por la clasificación a la Champions. Eso sí, lo que queda claro es que el Girona sigue sin ser el Girona cuando juega lejos de Montilivi. Porque ya van cinco derrotas seguidas fuera de casa.

 

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