A dos semanas del crimen en la peluquería de Recoleta, en el que Abel Guzmán -quien sigue prófugo- mató de un disparo a Germán Medina, el dueño del comercio, Facundo Verdini, contó detalles sobre la escena del asesinato ocurrido el 20 de marzo, cuyo momento quedó registrado por las cámaras de seguridad. “Nos tenía encerrados, secuestrados”, relató en diálogo con LA NACION.

La secuencia se habría iniciado en el lugar una vez que el comercio cerró su atención al público. Allí, la víctima, el victimario y otras tres personas (una mujer y dos hombres, entre ellos Verdini) se quedaron tomando bebidas hasta que se produjo el crimen. De un momento a otro, Guzmán, de 43 años, sacó de entre sus prendas un arma de fuego y le efectuó un disparo en la cabeza a Medina. Posteriormente huyó al escapar por la ventana.

En diálogo con este medio, el dueño de la peluquería que lleva su apellido se refirió a la escalofriante escena antes de que Guzmán efectuara el disparo contra su compañero de trabajo. Verdini relató que tanto él como el resto [Germán -la víctima-, Charly, Noelia y Benjamín, también empleados] estaban “tomando una cerveza” y que Guzmán se encontraba en la cocina.

“Germán nos estaba contando sobre un cumpleaños al que había ido el fin de semana”, dijo el hombre y afirmó que en medio de esa conversación fue que apareció Abel “a través de un costado y se quedó parado”.

“’Vamos a hablar’ nos dijo”, indicó Verdini. “El momento que no me puedo sacar de la cabeza es cuando saca el arma, yo nunca había visto una. Actuó raro, sacó el arma y empezó a dirigir”, agregó. “Vos sentate, vos parate, callate, vos no grites”, así comenzó Guzmán -de acuerdo con el relato del dueño del lugar- la previa del crimen. “A Germán le dijo que se callara”, continuó el titular de la peluquería. De hecho, una de las cosas más llamativas para Verdini es que “prácticamente no hubo diálogo, no dijo nada y disparó”, sin palabras que pudieran dar a entender por qué lo hacía. En tanto, sí admitió que conocía que Abel y Germán habían discutido en más de una oportunidad.

“Todos nos dimos cuenta de que activó el arma, nadie hablaba porque no sabíamos lo que iba a hacer. Cuando disparó, la volvió a cargar”, contó Verdini, explicando así el estado de shock suyo y de sus compañeros.

En un nuevo video que se conoció en los últimos días, se puede ver cómo tras el hecho el dueño ingresa corriendo a un depósito y se esconde; lo hace segundos antes de que el asesino siguiera sus pasos. las imágenes que se conocieron dan cuenta además que Guzmán se mueve empuñando el arma. Respecto de esta secuencia, Verdini le aseguró a este medio: “Me fue a buscar”.

“Nos tenía encerrados, secuestrados. Planeó todo y cerró todo. Cuando le quise abrir a la Policía [por la puerta de adelante], me di cuenta de que estábamos encerrados y él tenía la llave”, agregó.

Ante una consulta sobre las razones detrás del asesinato de Medina, el dueño de la peluquería insistió con que Guzmán sentía “celos” de la víctima y de él. “Nunca nadie le hizo algo tan grave a Abel como para que hiciera esto, nadie le debía plata ni lo trató mal. La única razón que le encuentro es que tenía celos o envidia a Germán y también a mí; yo me incluyo porque me fue a buscar al baño”, dijo.

Antes del crimen, y luego de que se enterara de las discusiones entre la víctima y el victimario, Verdini le sacó a Guzmán las llaves del comercio y al hacerlo se justificó en “los últimos comportamientos”. “Yo lo iba a suspender a Abel al día siguiente, iba a tener una reunión con mi abogado y con él para suspenderlo, pero él no lo sabía”, cerró.

 

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