Dicen que las malas noticias nunca vienen solas. Y es que la temporada del Bayern ha sido un cúmulo de desgracias que han llevado al equipo a tirar la DFB Pokal, la Bundesliga y a tener que ver la Champions como la única vía para salvar una temporada que, si Europa no dice lo contrario, será para olvidar.
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Thomas Tuchel no ha encontrado la tecla ni en el juego ni en la forma de convencer a sus jugadores de que su libreto era el ideal para el nuevo proyecto que tenía entre manos para el Bayern. Esa escasez de juego y, sobre todo, de resultados ha llevado al cuadro bávaro hasta hoy, donde se confía en la Champions para mantener ese ‘status’ de club grande. Sin embargo, como decíamos, las malas noticias nunca vienen solas.
Todo o nada ante el Arsenal
El Bayern se lo juega todo ante el Arsenal en la vuelta de los cuartos de final de la Champions, y después de los vaivenes que ha sufrido el equipo durante toda la temporada, encima tendrá que afrontar ese decisivo partido con bajas capitales. Davies, sancionado, era la baja segura más clave que tenía Tuchel para ese duelo de vuelta, pero habrá alguna más.
Coman, que se lesionó ante el Colonia, dice adiós a lo que resta de temporada y, por tanto, será una ausencia segura. Y el tercero de esta lista es Gnabry, que no jugó este fin de semana y estará otras tres semanas en el dique seco. Tres bajas importantísimas en las filas del Bayern para un encuentro que es algo más que una final.
También habrá que ver si Sané está para jugar desde el inicio. El extremo y mediapunta germano no participó en el último partido del cuadro bávaro al estar entre algodones y veremos qué participación puede tener en la Champions.
Al final, además de la inestabilidad de tener un técnico que se marcha a final de temporada, unos resultados que no llegan y un juego que tampoco mejora en exceso, el Bayern también tiene que lamentar una enfermería que se va llenando semana tras semana. Un drama.
