Hablar de las decisiones arbitrales es lícito. Sobre todo si hay argumentos para ello, como es el caso. El gol fantasma de Lamine Yamal, que cada vez que salen a la luz más repeticiones parece más válido. El penalti de Cubarsí, una posible roja a Camavinga. Todo le salió cruz ayer al Barça en el clásico del Bernabéu.
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Intentando dejar al margen esas acciones controvertidas, es evidente que en esta semana de desenlace fatal ha habido una serie de errores groseros, impropios de este nivel de élite, que han condenado al equipo. Tanto frente al PSG el martes como anoche en Chamartín. El equipo hace muchas cosas bien, marca, genera, pero se ve demasiado castigado por fallos puntuales que nunca deben suceder con rivales de tantísima entidad. Que no perdonan.
‘SEMANA HORRIBILIS’ DE CANCELO
En este sentido, es inevitable focalizarnos en la figura de Joao Cancelo. Se le han visto mucho, demasiado, las costuras al luso en defensa. Faltas de concentración, de concepto. El penalti que hizo a Dembélé, con el galo fallando en primera instancia el control y yéndose hacia fuera, sin peligro, le serviría para llevarse una bronca hasta a un zaguero de Tercera Catalana.
Los dos errores de marcaje, de vigilancia, calcados, que terminan en las dianas de Ousmane (1-1 determinante en Montjuïc en Champions) y de Lucas son flagrantes. En la jugada del tanto del lateral gallego durante segundos el portugués ni está pendiente de su espalda.
No sabemos si fruto de algún tipo de bloqueo por esta ‘minicrisis’ que ha sufrido o, simplemente, por dejadez. Pero es que en el Bernabéu, antes del penalti de Cubarsí, se deja ganar por el propio Lucas una acción en la que tiene toda la ventaja, la posición ganada.
LA EXPULSIÓN, OTRO ERROR GRAVE DE CONCEPTO
Más allá de Joao, el gran señalado esta semana, no se puede obviar la expulsión de Ronald. Haces lo más difícil, te adelantas ante un PSG que había empezado dominando en Montjuïc y cometes ese triple error. Fallo en salida de balón, demora en la reacción preveyendo la carrera al espacio de Barcola y el contacto cuando tendrías que haber dejado el mano a mano (forzado) con Ter Stegen.
En total son cinco acciones vitales, determinantes para el desenlace que ha tenido la semana más crucial del curso. Jugadas que han marcado un fracaso que bien podría haber sido gloria.
