El sólido rebote que mostró el volumen operado hoy en el mercado cambiario oficial (creció 80,25% respecto del registrado el viernes pasado) generó las condiciones para que el Banco Central (BCRA) retome sus fuertes compras, tras la pausa de fines de la semana pasada.

La entidad a cargo de Santiago Bausili se alzó con US$304 millones, cifra representativa del 52,5% de los US$578,8 millones transados, para seguir recuperando su tenencia de reservas.

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— BCRA (@BancoCentral_AR) April 22, 2024

Se trata de una adquisición con la que pasa a acumular US$2896 millones por la vía de estas intervenciones en lo que va del mes (a cinco ruedas de su final superó ya los US$2882 millones de marzo) y poco más de US$14.300 millones desde el cambio de Gobierno, considerando los US$33 millones adquiridos en los días previos a la devaluación en los que el mercado estuvo casi totalmente cerrado para la demanda.

Ambas cifras no tienen precedentes, aunque se registran en el marco de una demanda que se mantiene contenida por el cepo, aplacada por la recesión y el elevado nivel de stock de importaciones que habían acumulado muchas empresas que apresuraron sus compras con el dólar barato del final de la gestión de Alberto Fernández. A la vez, diferida por el cronograma de habilitación para acceso al mercado definido tras la última devaluación que -por caso- mantiene a las compras de automotrices en espera por varias semanas más.

Los operadores no se ponen de acuerdo para determinar que provocó la recuperación de la oferta, aunque está a la vista que no fue un incentivo de precios, ya que el BCRA dejó subir al dólar mayorista apenas $0,50 tras el fin de semana (había aumentado $1,50 el viernes) en lo que resulta la corrección más baja para un comienzo de semana en lo que va de la “era Milei”. “Es la más baja desde el 13 noviembre”, apuntó Gustavo Quintana, de PR Cambio.

Para algunos, estuvo vinculada con el fuerte apetito por el riesgo argentino que se notó en el mercado a partir de las expectativas favorables que generó el anuncio de un mensaje presidencial por cadena nacional para esta noche, mientras que para otros obedeció al inicio de la “temporada alta” de liquidaciones de la cosecha gruesa, algo promovido por precios del maíz y la soja cotizando al alza en los mercados internacionales.

Para Nicolás Merino, de ABC Cambios, quedó claro que “se notó una fuerte oferta durante todo el día”, lo que no ocurría desde hace dos semanas, aunque el volumen quedó alejado de los US$654,6 millones negociados en una rueda a comienzos de mes y por ingresos vinculados a inversiones y exportaciones de energía.

Con la compra del día, cada vez más analistas coinciden en señalar que el BCRA pasó a tener una tenencia neta ya positiva en más de US$1300 millones, aunque es un cálculo que no contempla los pagos comprometidos para este año por la emisión del bono emitido para que los importadores con deuda con proveedores (Bopreal) acumulada el año pasado puedan ir honrando esos compromisos. Tampoco tiene en cuenta que a fin de mes habrá que pagarle al FMI la cuota “diferida” de poco más de US$1900 millones, comprometida en el acuerdo por la refinanciación de esa deuda.

Alternativa en estudio

Respecto del citado Bopreal, la novedad del día es que el BCRA analiza la posibilidad de habilitar a empresas de capital extranjero que mantengan dividendos atrapados por el cepo en los últimos años a poder girarlos con ese título.

Desde la entidad admitieron estar “evaluando” esa posibilidad ante consultas realizadas desde algunas empresas, aunque negaron que el llamado a licitación de la semana pasada se haya cancelado por este motivo y anticiparon que esta semana se retomarán las subastas.

“Analizamos siempre todo: lo que se nos ocurre y lo que nos presentan, pero no hay definición”, se limitaron a decir ante la consulta de LA NACION.

La demanda por la serie 3 de este bono viene muy floja: tras cinco llamados, hubo pedidos de compra por apenas US$1083 millones, algo menos de un tercio de los US$3000 millones que el BCRA ofrece. En ese sentido, la apertura a nuevos posibles compradores podría revitalizar esta operatoria, y a la vez ayudar al Gobierno a diferir una de las demandas potenciales de dólares a la que más le teme: la provocada por los giros de dividendos y utilidades prohibidos en los últimos años.

El antecedente que se mira al respecto es de 2016, luego de la liberalización del mercado dispuesta por la administración Macri. Ese año, las empresas demandaron en el mercado local US$3600 millones para realizar pagos de utilidades aprobados en sus balances, pero trabados por la normativa cambiaria vigente en los años anteriores.

 

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