Las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados arrancaron este mediodía el debate de la versión acotada de la “Ley de bases” con el objetivo de emitir el dictamen correspondiente y llevarlo al recinto el lunes próximo para darle media sanción. Para ello, el Gobierno realizó numerosas concesiones en la redacción del texto a lo largo de las negociaciones que mantuvo en el último mes con los bloques de la oposición dialoguista.

El arranque del debate comenzó con fuertes cruces entre el oficialismo -y el bloque aliado de Pro- y el kirchnerismo que, junto con los diputados de izquierda, cuestionaron que la discusión haya empezado sin tener en sus manos el texto de la iniciativa consensuada. En rigor, éste recién se conoció a primera hora de hoy, ya que hasta anoche continuaban las negociaciones entre el oficialismo y los bloques dialoguistas.

“¡Que se pase a un cuarto intermedio!”, clamó el diputado de izquierda Cristian Castillo.

“No sabemos qué estamos discutiendo. Entendemos que la base de este debate es la iniciativa que discutimos en enero pasado, pero aquí se incluyó a última hora una reforma laboral de la que no tenemos información”, cuestionó el diputado Daniel Arroyo, de Unión por la Patria.

Quien ofició en defensa del oficialismo fue la diputada de Pro Silvia Lospennato, quien desestimó los planteos. “Venimos discutiendo este asunto desde enero pasado”, replicó, tras lo cual le reclamó al kirchnerismo “un poco de decoro”. “Ustedes tuvieron durante 20 años la posibilidad de hacer un país distinto; hoy uno de cada dos argentinos están en situación de pobreza; deberían tener un poco de decoro y escuchar la propuesta de otro, que es el programa que decidió la mayoría de los argentinos”, enfatizó, tras lo cual exaltó los consensos alcanzados con el Gobierno.

Luego de que naufragara en enero pasado la versión original de la“Ley de bases”, el Gobierno deposita fuertes expectativas en la sanción de esta nueva iniciativa, la cual contiene, entre sus puntos más relevantes, la inclusión de una reforma laboral acotada –que omite aquellos artículos que generan conflicto con los líderes de la CGT como la eliminación de la llamada “cuota solidaria” que financia las cajas sindicales-; un régimen de incentivo a las grandes inversiones, que contempla un abanico de beneficios fiscales, aduaneros y tributarios para las grandes empresas como también la posibilidad de que el Poder Ejecutivo pueda declarar sujetas a privatización una decena de empresas públicas.

A lo largo de las últimas semanas, el Gobierno accedió a numerosas modificaciones en el articulado de la iniciativa a instancias de los bloques de oposición dialoguista –Pro, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal-. No obstante, todavía persisten algunos puntos que generan diferencias, por lo que se descuenta que el dictamen final tendrá disidencias.

Por caso, el radicalismo se mostrará dividido. Un sector mayoritario del bloque, encabezado por el jefe de bloque Rodrigo Loredo, anticipó que presentará disidencias parciales en el dictamen. Otro sector, más duro y referenciado en Facundo Manes, presentará un dictamen propio. También hay divisiones dentro del bloque que conduce Miguel Pichetto, Hacemos Coalición Federal: la Coalición Cívica presentará su propio dictamen, al igual que el socialismo; el resto de los legisladores hará disidencias parciales.

Los bloques de Unión por la Patria y la izquierda, por su parte, ya anticiparon su rechazo.

Entre los puntos que mayor discusión generará figuran la reforma laboral como así también la intención de la oposición de incluir en el proyecto el capítulo, contemplado en la iniciativa original, que propone eliminar el impuesto mínimo al tabaco y subir de 70% a 73% la alícuota del impuesto interno. El propósito es poner en pie igualdad a toda la industria y hacer que todas las empresas paguen lo mismo.

Noticia en desarrollo

 

Facebook Comments