Muchos aficionados del Barça se sorprendieron cuando vieron a Dembélé celebrar de forma tan efusiva el gol (segundo de la temporada) en el encuentro disputado hace una semana en el Parque de los Príncipes. Otros simplemente entendieron su alegría. En cualquier caso, y a pocas horas de que el francés vuelva a jugar en la Ciudad Condal, esta vez vestido con la camiseta del PSG, es una incógnita saber cómo recibirá el público de Montjuïc, que no es exactamente el mismo que el del Camp Nou, al extremo.

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Para entender su celebración, aseguran quienes le conocen muy bien, hay que retrotraerse al mes de septiembre de 2021. Entrevistado durante la concentración de la selección francesa por ‘RMC Sport’, Ousmane dijo lo siguiente: «Prefiero ganar la Champions League con el Barça que otro Mundial con Francia. Tengo demasiadas ganas de que Barcelona vuelva a vernos ganar una Copa de Europa». Seguramente nada habrá cambiado desde entonces, aunque ahora su deseo sea ganar este trofeo con el club de la capital de su país.

Buena relación con sus ex compañeros

Lo que es seguro es que, cuentan, vuelve a Barcelona sin ningún tipo de rencor en lo que a su pasado como blaugrana se refiere. Todo lo contrario. Acabado el encuentro en París, Ousmane estuvo charlando un rato con algunos de quienes fueron sus compañeros en el Barça. No pudo hacerlo con Xavi, que explicó en rueda de prensa que Dembélé le estuvo buscando, pero ya andaba liado con los compromisos televisivos.

La imagen se repetirá seguramente en Montjuïc, pase lo que pase entre ambos equipos. Por su parte, el futbolista del PSG sigue mostrando entre su gente cercana el cariño que mantiene de su etapa barcelonista y, de hecho, siempre ‘vacila’ de tener «una hija catalana». Así, su vínculo con la ciudad y con el club se mantiene intacto más allá de que, obviamente, ya es pasado.

Su salida provocó ríos de tinta porque acabó ejecutando la cláusula de rescisión que contemplaba un contrato que había firmado hacía un año, cuando la relación entre el jugador, su agente y el club era muy tensa. Finalmente llegaron a un acuerdo que le vinculó al Barça por dos temporadas, evitando que se fuera libre al cabo de un año. No fue fácil llegar a ese pacto y en él tuvo mucho que ver Xavi.

Malestar con Deco

De hecho, Dembélé incluso llegó a estar condenado por orden de Mateu Alemany, entonces director del Área de Fútbol, a la grada. La relación se acabó reconduciendo, pero, llegado el momento de volver a sentarse para hablar sobre una posible e hipotética futura nueva renovación, su interlocutor había cambiado y, en ese momento, mandaba Deco. Al francés le sorprendió que el hoy director deportivo nunca hiciera ni un solo gesto para conocer a su representante, Moussa Sissoko. Deco no se presentó a la primera toma de contacto entre club y agente porque viajó a Turquía para intentar el fichaje de Arda Güler.

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Xavi y Dembélé, durante su época juntos en el Barça
EFE
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De ahí que acabara dirigiéndose a Xavi en estos términos: «Contigo estoy muy feliz y motivado, pero arriba están esperando para matarme», le dijo al técnico. La cuestión es que Dembélé quiso marcharse y se marchó, dejando en caja 35,4 millones de euros de los 50,4 que pagó el PSG. El resto fue para el jugador. Eso se contó oficialmente, aunque hubo rumores que aseguraban que el jugador debía percibir el 50% del pago y que iba a denunciar. Nunca más se supo. Todo eso es ya pasado y, de cualquier manera, la celebración en el Parque de los Príncipes nada tuvo que ver con su pasado blaugrana. Ahora falta saber si, en el caso de marcar, lo celebrará en Montjuïc…

 

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