La repatriación de Álex García desde Bangkok en un avión medicalizado fue decidida por el Ministerio de Defensa, y en contra del criterio habitual del de Exteriores, que en este caso se limitó a realizar las gestiones consulares necesarias para el éxito de la operación, según confirman fuentes diplomáticas a El Periódico de España, del mismo grupo editorial. Entre las tareas necesarias llevadas a cabo por el Ministerio está la de obtener los permisos de vuelo y aterrizaje en el país de destino, en este caso Tailandia, explican las mismas fuentes.

El donostiarra Álex García Galas, de 36 años, llevaba ingresado en un hospital de la capital del país asiático desde el 25 de febrero. Estaba aquejado de una pancreatitis que le había necrotizado más del 50% del órgano. Su estado de salud empeoraba y su vida corría peligro, explicó la familia. Y el Ministerio de Defensa envió un avión para traerlo de vuelta.

«Desde Exteriores recordamos la importancia de observar las recomendaciones de viaje que se publican en la página web del Ministerio y viajar siempre con un seguro médico. En las mismas se recuerda que el viaje se realiza siempre por cuenta y riesgo del viajero«, afirma el Ministerio de Exteriores a preguntas de EPE. «Todos los gastos derivados de la hospitalización, la repatriación de heridos o el traslado de cadáveres corren a cargo del particular. Las prestaciones de la Seguridad Social no operan en el extranjero, salvo en determinados países de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo mediante la Tarjeta Sanitaria Europea».

El donostiarra Álex García tenía seguro médico y la familia había intentado traerlo por su cuenta sin éxito, incluso recaudando dinero en Internet, lo que ha atenuado la aplicación del criterio.

Más información (Auto)

101431964

A falta de una casuística específica para determinar en qué casos se debe realizar ese costoso desplazamiento a cargo del erario, la decisión es política y tiene mucho que ver con la relevancia que haya tenido el caso en los medios de comunicación, apunta un diplomático con experiencia en este tipo de casos.

Los casos de repatriación médica más sencillos que el de Álex García suelen incluir la compra de billetes de avión para el enfermo y para un médico o un enfermero que lo acompañe. También implican conseguir la aquiescencia de las aerolíneas, que suelen ser reticentes a este tipo de traslados porque son responsables del pasajero en vuelo.

Temor a un efecto llamada

El temor entre los diplomáticos españoles es que cunda una suerte de «efecto llamada» y se disparen las peticiones de repatriación. Especialmente con un presupuesto de Exteriores que ha menguado mucho desde la crisis económica de 2008. «Antes era más habitual pedir y obtener permiso para comprar los billetes de avión para la vuelta del enfermo», explica otro diplomático.

Más información (Auto)

101389290

Algunos miembros de la carrera claman contra peticiones poco fundamentadas que suelen recibir de españoles en el extranjero que se van de viaje con seguros de escasa cobertura o sin seguro, en ocasiones a lugares peligrosos o para realizar deportes de riesgo, y luego llaman a los teléfonos de emergencias consulares reclamando ser repatriados en aviones medicalizados. «Yo les solía hacer firmar un compromiso de reintegro al Tesoro Público«, afirma un tercer diplomático consultado, que asegura que es una práctica habitual.

Ayuda a los heridos en el exterior

El Periódico de España se ha puesto en contacto con el Ministerio de Defensa, desde donde han declinado hacer valoraciones al respecto. La ministra, Margarita Robles, habló en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz a la llegada del A330 que trajo a Alexander García Galas a España. En sus declaraciones subrayó que «las Fuerzas Aéreas nunca dejan a nadie atrás«.

Aunque el Gobierno no tiene obligación de repatriar a ningún ciudadano español con sus medios por motivos de salud, el caso de Álex no ha sido único. Recordadas son las repatriaciones de tres personas afectadas por el virus del ébola en verano de 2014. La UMAER llevó a cabo un total de 25 operaciones en 2022, en las que se trasladó a 155 personas.

Las últimas actuaciones de esta unidad han tenido como protagonistas a ciudadanos afganos, a heridos y enfermos oncológicos de la guerra de Ucrania y a un niño de Malí, acogido por las tropas españolas en aquel país para ser sometido a un tratamiento en Zaragoza.

Consultado el Ministerio sobre los criterios a la hora de decidir traer o no a una persona de vuelta, han declarado que «los principales parámetros que se tienen en cuenta en el Ministerio de Defensa para llevar a cabo una aeroevacuación, que siempre será en caso muy excepcional, son la gravedad de la situación y el peligro que corra la vida del ciudadano a evacuar, que se hayan agotado las vías de asistencia médica o evacuación por otros medios, que existan medios disponibles para asegurar un apoyo eficaz, y que no se vea afectada la operatividad de las Fuerzas Armadas».

 

Facebook Comments