A casi 48 horas del hecho, fue liberado el policía de civil que baleó a un delincuente baleado arriba de un colectivo, tras robar las pertenencias del chofer, y amenazar con matar a los pasajeros. El uniformado, según pudo saber LA NACION de fuentes judiciales, fue liberado a pesar de que no se encontrara un arma entre las pertenencias del ladrón herido.

“No solo que no quedó detenido, sino que no está procesado. Con los elementos recabados hasta el momento, el oficial actuó correctamente y recuperó su libertad antes de las 48 horas de aprehensión establecidas por la ley bonaerense mientras se investiga las causas del hecho”, explicaron.

El hecho de inseguridad ocurrió a bordo del interno 51 de la línea 159, en la avenida 14 y calle 106, a metros de la terminal que la empresa Micro Ómnibus Quilmes SA (Moqsa) tiene en Berazategui, en la zona sur del conurbano. El día y la hora –sábado a las 18.30– fueron circunstancias clave para que el tiroteo dentro de un colectivo no se transformara en una tragedia y solo dejara como saldo al delincuente herido de dos disparos.

Según consta en la causa, en base al testimonio de pasajeros, el chofer y el policía que efectuó los disparos, el delincuente, de 41 años y sin antecedentes penales, se subió al colectivo detrás de una mujer y su hija adolescente de 16 años. Aprovechó que el 159 paró para que abordaran las mujeres y se metió detrás de ellas sin sacarse el casco. Se ubica en el asiento detrás del chofer, sin pagar, y comienza a hablarle al conductor que le exige que se baje si no pagaba.

En ese momento, se levantó, le apoyó al chofer en la espalda algo duro y le quita el celular que es de color negro. Luego le exige que le abra la puerta de adelante para que se baje. Se da vuelta, mira a los pasajeros y con un elemento en la mano, de color negro, los comienza a insultar y amenazar. “¡Esto es Rosario. Los voy a matar a todos. Tírense al piso!”, dijo y empezó a bajar del colectivo.

Lo que no sabía el delincuente es que entre los pasajeros viajaba, vestido de civil, un sargento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que revista en la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de Quilmes y estaba de franco de servicio.

Tras las amenazas y el pedido del delincuente al chofer para que abriera la puerta delantera de la unidad, el policía se identificó, dio la voz de alto, extrajo su arma y efectuó cuatro disparos al delincuente, que recibió dos impactos de bala.

Uno de los proyectiles alcanzó al ladrón a la altura de la cintura, del lado izquierdo, en tanto que el otro proyectil impactó en su brazo izquierdo. Ninguno de los disparos le provocó heridas que pusieran en riesgo la vida del ladrón.

Tras haber sido herido por las balas, el delincuente terminó siendo reducido y, posteriormente, fue trasladado al hospital Evita Pueblo, de Berazategui, donde permaneció internado hasta ayer a la noche. Tras estar fuera de peligro y con consigna policial, fue trasladado a la fiscalía para que preste declaración indagatoria.

Ni el sargento bonaerense, ni los otros pasajeros, ni el chofer de la unidad 51 de la línea 159 resultaron heridos en el tiroteo. Además, se informó que el delincuente no estaba solo y que un cómplice, que lo esperaba a pocos metros, al mando de una moto, se escapó del lugar y aún no pudo ser localizado por los investigadores, que monitorean las cámaras de seguridad instaladas en la zona para intentar dar con él.

La investigación quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°2 de Berazategui, que tras revisar la escena del hecho y requisar al delincuente, decidió que el efectivo no fuera detenido a pesar de que no se encontró la presunta arma con la que los había amenazado.

 

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