Facundo Marceca, mejor conocido como @elchicodelmate en Instagram, es un influencer que comparte contenido alrededor de una de las infusiones más elegidas por los argentinos: el mate. Una vez al año, toma un mate especial para recordar a su difunto abuelo Libero Pascual Saule; pero en esta oportunidad, decidió contar su experiencia a través de un video que emocionó a miles de usuarios en redes sociales. El joven dialogó con LA NACION y reveló cómo fue el vínculo familiar que lo marcó para siempre y lo definió.

El emprendedor de 24 años está a cargo de una agencia de marketing especializada en creación de contenido, una casa de sorrentinos y una hamburguesería; sin embargo, en las redes sociales halló un espacio especial para comunicar y compartir todo lo que representa el mate, bajo el pseudónimo de “el chico del mate”.

“Más allá de las distintas secciones, lo que busco yo es que la gente tome el mate que a ellos les guste tomar, que cada uno se encuentre dentro de ese mundo”, señaló Facundo Marceca en diálogo con LA NACION, y luego añadió: “El mate no es solo yerba y agua. Hay sabores que no los conseguís en una góndola, hay sabores que vienen por otros lados. Eso es lo que trato de transmitir”.

Facundo dedica parte de su tiempo a crear videos para sus cuentas de Instagram y TikTok, pero también hace transmisiones en vivo en su canal de Twitch. Si bien muchos de sus clips son explicativos, el influencer trata de romper con ese tipo de contenido y “descomprimir” para tener un diálogo más genuino y fluido con la comunidad que creó. “Encontramos ese lugar para compartir, el mate termina siendo una excusa y lo que verdaderamente importa es lo que está sucediendo. Charlamos temas profundos. Tenemos muchas cosas que nos unen, pero el mate es la puerta de entrada”, remarcó.

Hace algunas semanas, Facundo compartió la historia de su abuelo, quien fue su mentor a la hora de meterse dentro del mundo del mate. “Hoy mi abuelo cumpliría 102 años y yo arranqué a tomar mates gracias a él y a este mate”, manifestó, antes de dar a conocer el método de cebado que utilizaba para que le gustara esta infusión amarga: “A mí no me gustaba; entonces, le encontró la vuelta con este mate para que yo comenzara a tomar mates con él. Ponerle azúcar estaba prohibido, pero cuando sabía que me tocaba a mí le ponía”.

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El joven puso a calentar leche y utilizó yerba con bastante palo para hacer recrear la infusión de su infancia. En vez de usar agua caliente como se acostumbra, le puso leche y se emocionó ante el primer sorbo. “El primero va sin azúcar porque siempre empezaba él”, recordó. Entre lágrimas por el emotivo momento, Facundo continuó: “Hay veces que las personas hacen cosas chiquitas con tal de que la pasemos bien y estemos un rato más con ellos”.

El video explotó en likes tanto en redes sociales y miles de usuarios se sintieron identificados con esta historia y toda la magia que existe en el mate como infusión.

Facundo Marceca y su abuelo Libero Pascual Saule

Al tener padres que trabajaban gran parte del día, Facundo, de pequeño, pasaba muchas horas con su abuelo materno “Pascualito”, quien, al ser jubilado, tenía tiempo para apoyarlo en cada actividad que emprendía. Además, fue el encargado de abrirle la puerta al mate, aunque de una manera particular. “A mí no me gustaba el mate porque me parecía muy amargo y mi abuelo lo tomaba muy caliente. Incluso le ponía la carqueja que lo hacía más amargo”, explicó Facundo.

“Él encontró la vuelta con el mate de leche para hacer que a mí me gustara el mate de alguna manera. Ahí fue un punto clave, porque cuando a mí me empieza a gustar, yo comienzo a compartir más tiempo con él. Tomar mates se convirtió en un momento bueno para charlar sobre lo que habíamos hecho. Ahí entendí que no era ingerir agua caliente, era otra cosa. El mate por sí solo no tiene ninguna épica ni magia, su magia es claramente el contexto”, señaló.

Este amor por el mate nació en sus primeros años y el ritual se convirtió en la excusa ideal para dialogar, compartir y experimentar a través de una de las bebidas más tomadas por los argentinos. “Era un loco bastante singular. Yo sé que si hoy él viese lo que hago, cómo lo hago y la pasión con que lo hago, el loco estaría contento. Lo único que me diría es ‘seguí para adelante, gauchito pachanguero’ (…) Yo cuando tomo ese mate una vez al año, pienso que lo tomo con él. El sabor es el mismo, pero las sensaciones son distintas”, manifestó.

“El chico del mate” definió lo que significó Libero Pascual Saule para él a lo largo de sus años. “Mi abuelo es la persona más importante que tuve y que más marcó mi vida. Yo fui el hijo que él no tuvo. Él jubilado y yo chico, éramos culo y calzón. Termina siendo la persona que con sus valores guía mi vida”, concluyó.

 

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