Lo celebró el Inter sobre el verde del Giuseppe Meazza a primera hora del mediodía… y la fiesta siguió por las calles de Milán por la tarde. Como no podía ser de otra manera, el cuadro ‘nerazzurri’ festejó por todo lo alto un Scudetto que ha conquistado con una superioridad tremenda. Nadie ha sido más regular que el cuadro ‘nerazzurro’, que solo tiene en la Champions la única pega de la temporada.
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Los de Simone Inzaghi han demostrado ir muy sobrados este año en Italia, con una Juventus y un Milan que ni siquiera se han acercado a los números del campeón. Un muro atrás y una capacidad ofensiva tremenda con los carrileros y una dupla Lautaro-Thuram que debe dar todavía muchas tardes y noches de gloria en una parte de la ciudad de Milan, que se bolcó y de qué manera con su equipo.
Después de ganarle al Torino, el equipo se subió a los dos autobuses de los campeones y recorrió las zonas más emblemáticas de la localidad lombarda. Mucho grito, mucha alegría y, con todo, también ‘recuerdos’ para el gran enemigo del Inter: el Milan. A lo largo del recorrido de unos ocho kilómetros y más de cinco horas de trayecto, una pancarta se coló en el autobús del equipo y Dumfries, protagonista, no dudó en hacerla bandera.
Se trataba de una imagen en la que se le veía a él sosteniendo una correa junto a un perro con la cara de Theo Hernandez, con el que se enzarzó en el derbi de Milan que convertía al Inter en campeón.
Cosas de rivalidad y polémicas que no fueron a más. Al final, los ‘nerazzurri’ celebraron el título por todo lo alto, llegando hasta una Piazza Duomo que se tiñó de colores azul oscuro y negro.
